Archivo de junio, 2022

DECIR-MAS DE UNA CARUPANERA-MARACUCHA, EN DOCE DECIMAS PERFECTAS: PARA LA VENEZOLANA CLEMENCIA DEL VALLE RAMOS, POR SU GRAN RECUPERACION…

Posted in A VUELO DE PÁJARO, AVATARSERES with tags , , , , , , , , , on 13 junio 2022 by josancaballero

Por JOSAN CABALLERO.

Mi madre es una guerrera,

y su amor me santifica:

Mi madre nos fortifica,

con su luz de enredadera.

Mi madre es tierna quimera,

amándonos tras su magia:

Su amor es puro y contagia

a sus hijos, con furor:

Regala su alma y valor,

cual si fuera una hemorragia

de primavera a la vida,

si mi madre es corazón

de ternura a diapasón:

Mi madre es una guarida,

que empuja la sobrevida,

pues ella apura mis pasos,

y nos cuida del retraso

de este tiempo, que camina,

sabiendo que contamina,

sin llegar al marcapasos.

Mi madre tiene estampada

la luna llena a su pecho,

si mi madre es un helecho,

cundeamor con mermelada

de estrellas y risa amada:

Mas la contrajo un dolor,

que retuvo su estupor:

Mi madre da su batalla

a la vida: Una medalla

hay que darle por su amor.

Hablo por mi amigo Carlos,

cuya madre es mi segunda

progenitora: Una funda

en mi almohada: Animarlo

es mi motivo; elogiarlo,

por su madre vivaracha,

pues ella es una muchacha,

en cuerpo de una madura

señora, que el alma cura

a la familia, sin tacha.

Doña Clemencia del Valle

es el nombre de mujer,

que tiene esta madre: Ayer,

su corazón nadie calle,

porque ella tiene detalles,

que sólo una madre carga:

Sensible dama, que encarga

su luz, para que sus hijos

sean ejemplos prolijos

de su humanidad más larga.

Clemencia tiene tres hijos,

que son «ramos» de su amor:

Uno es Carlos, seguidor

de su estampa y acertijos:

Karen y Karla, me dijo

mi amigo, son sus hermanas,

dos bellas venezolanas:

Maracuchas, por lo mismo,

del Zulia, y sus aforismos,

con familia campechana.

Clemencia tuvo su amor:

Herrero de pura cepa,

y rumbero, que lo sepa

la gente, en su derredor:

Late en ella gran rumor

de mujer enamorada,

si es Clemencia aventajada,

en las claves de la dicha,

pues distingue una salchicha

de la luna afortunada.

En fin, es Clemencia astuta,

la madre esencia de Carlos,

por eso, voy a invitarlo

a que inventemos la ruta

de traerla, sin disputa,

a Miami, a que se sane,

con su hijo, y que desgrane

su alma ardiente, en la Florida,

para ganar la partida,

por más vida, que se emane.

Clemencia, mujer de mundo,

desabrochando universos:

Es la voz, con quien converso;

Tiempo que emigra a segundos:

Es la mejor rompemundos

de madre, que he conocido:

Eslabón tan merecido

de su familia presente:

Clemencia aviva su mente,

y, por su nostalgia, pido,

regalos, cual embelesos,

de esa guerrera familia,

que la cuida y reconcilia

entre pan, amor y besos:

Si ella amaga los tropiezos,

con sangre de su vigilia:

Clemencia a todos auxilia,

en el Barrio “La Victoria”:

Madre e hija de la gloria,

que jamás su amor exilia.

Este sencillo homenaje

es, sin dudas, por Clemencia

del Valle Ramos: Esencias,

entre dama y su paisaje:

Es la madre, que yo traje,

enamorada, a su hijo,

pues la luna le predijo,

que volaría por ella,

y sembraría su estrella

al norte: Fue un acertijo

de una mujer, en su fe,

trayéndonos evidencias

maternales, con licencias

del alma, que sueña y ve

cómo un amor viaja a pie,

entre los cuerpos benditos,

por una madre, que es hito

de fortaleza y salud,

desembocando un alud

de pureza, con sus mitos.

José Antonio Gutiérrez Caballero

Miami, 30 de mayo del 2022

– 13 de junio del 2022.

A LA EDAD DEL LOCO CUERDO MI HERMANO ARRIBARIA, SI LA COVID NO LE HUBIESE ARREBATADO SU SOMBRERO DE MAGO Y DE PROFETA…

Posted in AVATARSERES with tags , , , , , , , on 8 junio 2022 by josancaballero

Por JOSAN CABALLERO.

Mi hermano hoy cumple cincuenta

y nueve años. Qué pena,

que la muerte hizo su cena

temprana, sin darnos cuenta,

y mi corazón lamenta

su pérdida, cual si fuera

mi vida la que estuviera,

en los ojos de mi madre,

con estrellas que taladren

su alma de flor viajera.

Mi hermano Noel: Cualquiera

soltaría ya su imagen,

con diademas, que le bajen

de dios al rostro, si espera

volver a nacer: Supieras,

que amor y dolor se juntan,

cuando la muerte barrunta

la adversidad: Pena ajena,

que por igual nos barrena,

si un hermano la trasunta.

Ver a mi madre, que vela

su sobrevida, sabiendo,

que somos muertos, viviendo

un pesar de escarapelas,

con que se imantan espuelas,

para seguir renaciendo,

en otros cuerpos: Subiendo,

del alma a la nueva carne,

cual el hábito de un “parner”,

que regresa a mí, latiendo.

Quisiera ver a mi hermano,

reencarnando su otra vida,

y remontar las heridas,

que el karma ató por su mano:

Verlo llegar de lontano,

con ritos de mejor suerte,

para atrapar a la muerte,

con su fatal encerrona;

y librarnos de su zona

mortal, sin presente inerte.

Tengo, por dentro, un pesar,

con mi madre y con mi hermano:

Quisiera verlos tan sanos,

siempre, en mi vida, asomar,

y poderlos abrazar,

desde el portal de mi casa:

Si el amor es, hoy, la brasa,

que enrola mi alma a la vida;

y, además, es embestida,

catapulta, hasta llorar.

Herencia de mi Noel,

son sus dos hijos, artistas;

y su mujer, una arista.

que ennobleció su papel

de padre: Dulce plantel,

el de izar nueva familia,

con amores, que concilian

talentos de corazón,

pues mi hermano fue pasión

desbordada, y gran vigilia.

Tengo honores, por amar

la maravilla de ver

a sus semillas crecer,

cual estrella de emular

almas de niño: Cuidar

fue la mejor hidalguía

de mi hermano: Lozanía,

que lo distingue, en sus leguas

de ser humano: Un “Eléggua”,

entre luz y algarabía.

Miami, 7 de junio del 2022.

S.O.S. HUMANOS

(UN MICROCUENTO HOMENAJE PARA MI HERMANO NOEL GUTIERREZ)

Por JOSAN CABALLERO.

Luego de contraer la Covid, él donó su plasma, para servir en estudios y curaciones, pero su madre lo llama, consternada, pues su hermano también lo contrajo, y no quería vacunarse. Aunque tenía miedo de infectarse nuevamente, no aceptó esta mutua adversidad, por lo que viajó a su rescate, y se dedicó a cuidarlo. Cuando lo encontró, parecía ser cuestión de horas, mas ninguno se dio por vencido. Puede ser que la muerte los haya salvado, de esa corona que eligió, para que los humanos dejaran de temer, y entraran a la nueva era de su propia resiliencia y solidaridad.

José Antonio Gutiérrez Caballero

Miami, 8 de junio del 2022.