Archivo de marzo, 2020
Posted in Sin categoría on 23 marzo 2020 by josancaballero

Poema Alegórico con Himno Sanador,
escrito por José Antonio Gutiérrez Caballero
(JOSAN CABALLERO)
Quién iba a decir que en el año de los gemelos
invocaríamos a Nostradamus y a Dean Koontz
cual apóstoles de una nefasta premonición.
Quién iba a pensar que era o ya es tal vez
la tercera guerra mundial
de la que nos alertó Bill Gates durante 2015
y no precisamente con bombas ni misiles
sino por un enemigo invisible
que nos ha logrado intervenir
desde el interior de nuestros cuerpos
–sin traspasarnos al menos el alma–
fragmentando nuestros pulmones
con organismos microscópicos
que no nos quieren abandonar
ni con la misma muerte
pues somos acaso
los únicos vectores
de esta fatalidad.
Y lo peor de todo
es que no sabemos
cuando esto va a parar
ni en verdad si pararemos
porque tampoco supimos
escuchar o valorar
suficientemente la evaluación
del previsor Gates
cuidándonos «las puertas»
de la emancipación
quien nos alertaba
en aquella incalculable
y difícil situación
que como ésta es
una encrucijada hoy
sin temor a la equivocación
o la exageración más contenida
donde igualmente debemos
tomar prevención:
Al asumir y enfrentar la adversidad
con verdadero distanciamiento y protección.
Quién nos iba a decir
que el equinoccio de primavera
se adelantaría dos días como el virus
en ambos hemisferios
y empezaría a florecer
desde los cementerios
semejando la fuerza de un Ave Fénix-secular
con la boca cerrada y el corazón ardiendo
por la fiebre eterna
de la muerte como transformación
para romper con el maleficio
de la perseverancia junto a la resignación
el distanciamiento social como única bandera
y la divina o terrenal impugnación
si éste es hoy el prontuario absoluto
para enmendar al planeta tierra
como a todos los hijos del hombre
por Papá Dios.
Quién iba a decir que viviríamos
o moriríamos con el enojoso
milenio de la globalización.
Quién iba a decir que amanecería más lento
tanto en las casas
–a modo de hospitales ambulantes
como en las calles solitarias
de tantas ciudades a la vez
donde los hombres pacientes o impacientes
soñaban y/o rezaban
por el miedo a estar infectados
con el virus letal
de la descoronación humana
pues la gente había perdido
hasta el hilo de la cordialidad
y la comunicación:
Todos comenzábamos a vivir
sin saber por qué
como en un filme abstracto
o extraído de la ciencia ficción.
Pero era y es
lo más real vivido
hasta en nuestra irreal imaginacción.
Sólo una plaga de invisibles coronas
impuestas del chinoriente
nos hizo recapacitar
caer en anagnórisis
y devolvernos al seno familiar
cuidando y/o sacrificando
los ancianos ancestros detenidos
por la actual epidemia global
o el miedo a la muerte
entre nosotros mismos
desde nuestra virtual
e irregular conversación.

Maldita aparición
de un virus con tenebrosa corona
y un sórdido sistema
que cercenó sus reglas
para ocultar la luz medicinal
de los que vieron
la verdad del virus más cerca
y nos quisieron alertar
sobre la cruenta o cercanamente lejana
inmediata realidad
con melenuda corona viral
que se nos venía encima para todos.
Macabra sentencia
que sin siquiera presentarse
nos devolvió torpemente
la humana apariencia
de la deshumanización:
El universo entero permanecía en comoción
expectante y sin advertirlo apenas
atraído por corrosión y confusión
cual un posible estado de coma global
que nos conduciría a la especie humana
a un incipiente peligro de extinción
–por extensión sin exclusión–
desde la China a Italia
y nuestra España soleada asolada
en el centro de esta ecuación y destrucción
sin descontar los cinco continentes
con la desmaravilla del mundo anglosajón.
Sin descontar que este Coronavirus
es una bomba de tiempo global
con los ojos vendados y las manos
atadas pero limpias
cuando vemos a ciegas
que las ciudades comienzan
a enfermar de inanición
como la bolsa y los mercados
hasta la economía casera o la mundial
cual miles de castillos
que descontienen sus naipes
y empiezan a compulsar
y/o violentar nuestra realidad
por inevitable confusión.
Las postales como los turistas
huyeron al pasado
con la embestida inmemorial
para no quedar en cuarentena
al igual que los ancianos más vulnerables
que perdieron la calma
por la poca salud y la falta de inclusión.
Hasta la ciudad que nunca dormía
tuvo que empacar y encerrrarse
ante el contagio aparente
de la propia Estatua de la Libertad
y el descalabro increíble
del ampuloso toro
de Wall Street
pues todos tenemos miedo
de no habernos cuidado bien
y estar en peligro de contraer
la enfermedad que nos trae
al mundo en pleno al revés.
Quién iba a decir que la primavera
y nosotros estaríamos
en medio de una mortandad mundial
por genocida y viral enfermedad
incontrolada y ocultada
tras los primeros y críticos casos
ya detectados de antemano
pero desconsiderados por el gobierno
desde una populosa pescadería
en un mercado ambulante
–desprotegido por cierto e incierto–
de la internacionalmente desconocida
ciudad de Wuhan.
Quién iba a decir
que sin tocarnos los ojos
extrañados por la confrontación
o los poderes ocultos
entre política y religión
aquel nefasto diciembre de dos mil diecinueve
nos taparía las bocas por tiempo indefinido
desde enero de los gemelos 2020
(y esperamos que no sea
per saecula saeculorum)
pues al descontrolarse
y expandirse la epidemia
se convirtió en agresiva
y hasta progresiva pandemia
que por suerte
ha despertado nuestros bríos del alma
atravesando nuestro dolor y compasión
con el Pan-de-Miedo de cada día
y el instinto conservador
que antes nos impedía rebelarnos
e imposibilitar esta consumación
pero por desgracia para el virus
el homo sapiens está venciendo desde ya
sobre el homo lupus homini
de nuestra actual mentalidad social
y junto con la posibilidad de la muerte
cual última barrera
nos devuelve
la solidaridad y la responsabilidad
individual por conciencia colectiva
como única y definitiva confirmación
frente al karma y la necesidad de salvación
justo en la búsqueda
de una pronta sanación
durante un inestable período
de magna crisis y turbación
que se tornó letal
y abrió las sobrecogidas exclusas
inconclusas de una posible
ley marcial por resolución.
Sin embargo nuestro
instinto humano
y de rebeldía superior
quiere y espera alcanzar
una inmediata solución
por lo que se ha propuesto
la total cuarentena
–que todos acatamos de una vez
y a una misma voz–
lo que permitirá el revés
de esta mortal moneda de mil caras
con la naturaleza en primavera
y todos junto a ella
en conjunción.

Quién iba a decir que la primavera
nos daría la razón y la evolución
como inteligencia y población
como sensibilidad y unión
de que podemos sanar y ser mejores
con nuestra fe que nos da esperanza
en medio de tanto miedo y conflagración.
Quién iba a decir que lavarse
el corazón como las manos
sería cual una medida de extremaunción
donde el alma pueda tener
el arma de nuestra protección
frente al real contagio
y la descoronación
de nuestras vidas
en cada nación
sin tomar hoy en cuenta
incluso intolerantes leyes
junto a la insensibilidad
de ciertos gobiernos sin interacción
ante inmigración exilio o extradición.
Quién iba a decir
que la soledad y el confinamiento
serían el estandarte y la posible solución
para romper y atacar al virus
de la substracción y distracción
durante un tiempo de entera
e inexplicable contradicción
hasta quedarnos en extrema unión
con nosotros mismos
y cada cual con su generación
reacondicionando las cosas de la mente
para aprovechar
pacientemente nuestro tiempo
en una sensible época de familiarización
y hasta orar y ahorrar en la economía
de nuestro corazón
jugando al derecho y al revés
el ajedrez de esta vida
que nos devuelve
en bebida y sobrevida
el modo de volver a mirarnos
en conjunto y conjunción
desde el futuro pasado
de nuestra asunción
dentro de un nuevo despertar
con distinción en distensión.
Quién iba a decirnos
que el planeta sería
más que un mundo irregular:
Un solo y grande
imperfecto país rojo
con toda su virulencia y despoblación
plagado de similares síntomas
de diarrea fiebre y confusión
entre los sueños que regresan
nuestros muertos del Covid-19
cual vivos guerreando
y mostrando su diferenciación
de abuelos milenarios
con milleniums en contradicción
quienes reanudan juntos
otras reglas de pronunciación
y hasta de comunicacción.
Quién iba a decir que no tendríamos
la dósis necesaria para seguir existiendo
o la vacuna exacta de nuestra redención
en estos difíciles y dementes
repentinos e inexactos momentos
de reflexión y resolución,
Quién iba a decir que el camino
era la vuelta a casa
y hasta familiarizarnos
en la era de la desfamiliarización.
Quién iba a creer el desgastado
y mal traído y llevado mito
de humanizarnos
en la era de la deshumanización.
Quién iba a decir si era antes
o después de nuestra era
en que «éramos felices
e indocumentados».

Quién iba a exigir calentarnos
y encender nuestro hogar
en la era del calentamiento global
del hueco de ozono y la refinanciación.
Quién dijo que la muerte en su corona
podría pararnos para arrancar otra vez
y adelantarnos el camino
de nuestra propia y próxima resurreción.
Quién dijo que no podríamos
hacerlo desde nuestras casas
reunidos y expectantes
desde el cordon umbilical
de nuestro acercamiento y recuperación.
Quién iba a decir que podríamos
perder el miedo
y aceptar un toque de queda
como mandamiento
de continuidad o contrición
para que nuestra vida pueda
conquistar su nueva superación
sin necesidad de superaviones
supremas tecnologías
o nuestra milenaria predestinación
que a menudo nos ha llevado
por algunos hombres y sus compañías
a una profunda e incalculable devastación.
Quién iba a decir que encerrarnos
ante y frente a nosotros mismos
sería la llave que nos devolvería
la aperture a nuestras cavernas familiares
a una nueva vida terrenal
sin pensar en la vida eterna
sino en el reino familiar del encuentro
con la principal célula de la sociedad humana
con la Trinidad y la sagrada familia de Dios:
Fuera pecados capitales
con la implementación
de las virtudes teologales y la ley
más tierna de nuestro corazón
pleno de fe esperanza y caridad
para nuestra propia y natural compartición.

Quién iba a decir y dejó
de decir tantas cosas
inexplicadas e impuntuales
frente a las noticias reales y el televisor
que nos llevan
de las continuas manos limpias
a similar corazón en ascuas
pues somos y seremos nosotros mismos
quienes nos retamos y retaremos
en este nuevo challenge
cuyo reto es al parecer
de noventa días
–no una sencilla cuarentena
de catorce remotos días–
Quién iba a decirlo
sino demostrándolo nosotros mismos
quienes transformaremos
esta pandemia de horror
en una magnífica estación
de primavera mundial:
En una verdadera epidemia
viral del corazón
para que nuestro mapamundi
en derredor
tome conciencia
de la esencial enfermedad de vivir
que tenemos los hombres
y el amor se convierta
en el escudo de nuestra afirmación
y por esto mismo puede ser
que mañana como ayer
hoy y hasta siempre
amanezca para todos
en una próxima grande y placentera
pandemia de amor
para que todo el universo
vuelva a ser
el epicentro del amor
frente a la supervivencia de un virus
que tiene sus almas y días contados
como otros daños colaterales
pues siempre ha sido ajeno e impropio
de nuestro cuerpo y corazón:
Portador absoluto
del confinamiento
y la libertad de todos
que es también de dos:
Nuestro verdadero y único
humano y solidario
en cualquier jornada o cuarentena
vivo y sobreviente
sin cambiar de estación:
Antes y Después de Nuestra Era:
En y desde su planeta Tierra:
Nuestro verdadero y único
virus de confianza
(con el que debemos siempre
contagiarnos:
Por portar y aportar
igualmente el antivirus
de nuestra generosa y urgente curación)
es el Amor:
Es el CoronAmor:
Es el CoviAmor:
Nuestro Amor infinito:
Maravillamor:
El que siempre nos salvará
de cualquier extinción o destrucción.

HIMNO SANADOR DEL CORONAVIRUS
(EN DILATADA PASCUARENTENA)

Por JOSAN CABALLERO.

(Versos cual una canción
para ser interpretados en familia
o representados en casa
durante la Cuarentena)

Al llegar la primavera
nos sorprende una corona
viral que ya desmorona
al humano dondequiera.
Sin saber cómo ni cuándo
aparece esta epidemia
global: Incierta pandemia
que nos viene devastando.
Los humanos sanarán
y el mundo desmontará
virus de plaga oriental
que es ya pandemia mundial.
ESTRIBILLO PRIMERO:
Coronavirus traerá
una gran mortalidad
pero nuestra enfermedad
de vivir no apagará.
El Covid Virus Corona
nos puso una encerrona
y empezó la cuarentena
de todos en gran cadena.
Cuarentena que es mortal
cadena de humanidad
para salvar nuestra Edad
de esta cruda realidad.
ESTRIBILLO PRIMERO:
Coronavirus traerá
una gran mortalidad
pero nuestra enfermedad
de vivir no romperá.
Coronavirus tendrá
que ceder su mortandad
por la nueva humanidad
que nace de la piedad.
Los humanos sanarán
con la nueva primavera
que esparcirá las primeras
almas que sobrevendrán.
ESTRIBILLO PRIMERO:
Coronavirus traerá
una gran mortalidad
pero nuestra enfermedad
de vivir no cederá.
No se irá la primavera
pues será la sementera
que nos de la bienvenida
y nos conserve la vida
a toda la humanidad
que del Covid convalece
y con la cura se crece
por su nueva realidad.
ESTRIBILLO PRIMERO:
Coronavirus traerá
una gran mortalidad
pero nuestra enfermedad
de vivir no morirá.
Volvimos a nuestras casas
para cuidar la familia
con nosotros en vigilia
ante el virus que amenaza.
Y pudiera parecer
que nos condena a la huida
pero es una gran salida
cuidarse y permanecer.
ESTRIBILLO PRIMERO:
Coronavirus traerá
una gran mortalidad
pero nuestra enfermedad
de vivir no matará.
Covid Virus caerá
y su efecto perderá
el sello de su crueldad
para nuestra humanidad.
Los humanos sanarán
y el mundo desmontará
virus de plaga oriental
que es ya pandemia mundial.
ESTRIBILLO PRIMERO:
Coronavirus traerá
una gran mortalidad
pero nuestra enfermedad
de vivir hoy vencerá.
Somos el mundo otra vez
que entendemos lo que hoy pasa
y retornamos a casa
cuidando infancia y vejez.
Covid virus nos dio pie
de permanecer unidos
mas en casa retenidos
cuidando el alma y la fe.
ESTRIBILLO SEGUNDO:
Coronavirus se irá
y esta gran felicidad
el mundo la aplaudirá
con la nueva humanidad.
ESTRIBILLO REGGAETON UNO:
Coronavirus Coronavirus
si no me hallo o respiro
y no lo quiero: Lo evito
y me cuido. No un poquito
pero me aislo: Repito:
Coronavirus: Serena el virus
que no lo busco y exijo
evitar y remediar…
Hoy miramos nuestras casas
cual cimas de un nuevo cielo
que nos devuelve el anhelo
a los humanos en masa.
Humanos que en nuestras casas
vencemos virus mortal
que es logro fundamental
de salud con gran mordaza.
ESTRIBILLO SEGUNDO:
Coronavirus se irá
y esta gran felicidad
el mundo la aplaudirá
con la nueva humanidad.
Cuidando la humanidad
si estamos en cuarentena
y sacando nuestras buenas
actitudes y bondad.
Es gran oportunidad
para que el mundo florezca
y pronto desaparezca
tamaña contrariedad.
ESTRIBILLO SEGUNDO:
Coronavirus se irá
y esta gran felicidad
el mundo la asumirá
como nueva libertad.
Humanidad que regresa
convertida en primavera
a sus casas cual si fuera
la flor de todas las mesas.
Primavera es la corona
más viral de nuestras vidas
que saca de su guarida
a un Covid que desentona.
ESTRIBILLO PRIMERO:
Coronavirus nos trajo
una gran fatalidad
pero nuestra enfermedad
de vivir lo vencerá.
Somos el mundo en verdad
enfrentando un gran problema
que colapsa hasta sistema
de salud en realidad.
Virus en disparidad
de personas en el mundo
que contagion por segundos
y enferman la humanidad.
ESTRIBILLO SEGUNDO:
Coronavirus se irá
y esta gran felicidad
el mundo la retendrá
con su nueva potestad.
Somos el mundo de pie
que sentimos nuestras vidas
convulsas y carcomidas
por virus que no se ve.
Pero se siente al revés
si se infecta todo el mundo
ya que es un mal tan profundo
en juventud o vejez.
ESTRIBILLO PRIMERO:
Coronavirus nos trajo
una gran fatalidad
pero nuestra enfermedad
de vivir lo detendrá.
Parece un yaqui asustado
que devora los alveolos
del pulmón. Y por sí solo
nos deja más despoblados.
Virus potente y mortal
que nos deja sin defensas
y nos quedamos a expensas
de dos guantes y un bozal.
ESTRIBILLO SEGUNDO:
Coronavirus se irá
y esta gran felicidad
el mundo convocará
cual su nueva hermandad.
Dificultad al respirar:
mucha fiebre con tos seca:
Y el que no la libra peca
neumonía pulmonar:
Es inmuno deficiencia
de un organismo infiltrado
por un virus que ha atacado
tecnologías y ciencia.
ESTRIBILLO REGGAETON DOS:
Covid Diecinueve el virus
si no me hallo o respiro
y no lo quiero: Lo evito
y me cuido. No un poquito
pero me aislo. Repito:
Covid virus: Serena el virus
que no lo busco y exijo
evitar y remediar…
BIS PRIMER Y SEGUNDO ESTRIBILLOS
Es el Himno Sanador
de un mundo multicolor
que tiene en la primavera
su sanación placentera.
Si ella saca lo mejor
del ser humano: Canción
de humanidad superior
que vibra de corazón…
BIS PRIMER Y SEGUNDO ESTRIBILLOS
ESTRIBILLO REGGAETON FINAL:
Coronavirus no expiro:
Coronavirus respiro:
Si no me hallo o expiro
hasta a menudo respiro:
Con incertidumbre vivo
y no lo quiero: Lo evito
y me cuido. No un poquito
pero me aislo. Repito:
Coronavirus: Serena el virus
que no lo busco y exijo
evitar y remediar:
Covid virus diecinueve
que no me pierde ni mueve
mi enfermedad de vivir:
Covid virus vas a ir-
te así como llegaste:
Todos van a convidarte
a salir sin convivir
con nosotros. Debes ir-
te así como llegaste:
Deshazte ya:
Ya deshazte:
Covid virus: Terminaste
tu faena: Vete ya:
Deshazte ya: Covid virus
y deja la humanidad:
Deshazte ya: Vete ya:
Déjanos por caridad
fe y esperanza: Te irás
de los cuerpos y las manos:
Si todos somos hermanos
y como llegas-te irás:
Covid virus que tendrás
que dejar la humanidad
de los cuerpos y las manos
pulmones y corazón:
Si todos somos hermanos
de sangre mente y razón:
Y como llegas-te irás:
Covid virus que tendrás
que dejar la humanidad:
Coronavirus despeja el virus:
Te daremos el despido
pues hoy estamos unidos
y nos miramos queridos
y nos queremos unidos
y nos salvamos unidos:
Nos hiciste despertar
en pandemia universal:
en paliza universal
que podemos valorar
cuidarnos y celebrar
con toda la humanidad:
Nos hiciste despertar
cuidarnos y celebrar
con toda la humanidad:
Con toda la humanidad:
Es el Himno Sanador
de un mundo multicolor
que tiene en la primavera
su sanación placentera.
Si ella saca lo mejor
del ser humano: Canción
de humanidad superior
que vibra de corazón:
Que vibra de corazón…

Miami, 20-21 de marzo del 2020
(Entrada de la Primavera
más grande del Universo)

Miami, 23 de marzo del 2020.

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