
(Acróstico alejandrino de aceras encontradas)

Por JOSAN CABALLERO.

LA NUEVA ACERA: BENEFICIO DE DUDA O PURA BULLA

La pantalla captó la cara de mi Habana:
Abochorna ciudad, anclada al malecón:

Ningún opositor recibió invitación:
Unicamente estaba el desgobierno y plana
Entreguista, malsana: Tentempiés, que se ufanan,
Viendo cómo el país trasborda solución
Al “embargo”: Un sustento de pronta destrucción:

Acera de un encuentro forzado de emoción,
Condicionado por excéntricas campanas:
Entramos en la Era de izar, “de buena gana”,
Remotas las banderas: Doble profanación
A un pueblo dividido, cuyos hombres no son

Dueños de sus derechos: Potestad que empantana
Eternas libertades y victorias tempranas:

Cuba no será libre, si no logra gestión
Unida, en dos orillas, de un mismo corazón:
Bastión que empodera disidencia cubana,
Ante un mundo intrigante, cuya demencia aldeana

Yace entre guerras frías, duelos, confrontación:

Enemigos, rivales, de larga duración,
Sustentan hoy agendas, conversaciones vanas:
Toneladas de infamia, con sus leyes marranas,
Aparentan sanar, pues se dan de comer:
Descongelan sus puños a manos ciudadanas:
Optan por aceptarse, y hasta intercambian canas:
Sobreviviendo al caos, imponen su poder:

Urden estratagemas, para llegar a hacer
Negocios en familia, y acercan sus insanas
Ideas comerciales, pero a muchos desgana
Dósis de gran cinismo: Doble moral, al ver
Opuestos que se atraen, aunque no van a ser
Salvación para nadie, sino poción, que emana

Inmediata ponzoña, sobre tierra cubana,
Zahiriendo, estrellada, “tiranocracia” enana,
Al borde del auxilio: Para siempre ofrecer

Balseros, refugiados, que podrían volver
A casa, cual si todo les hubiera pasado:
Negación controlada, por falsos renegados:
División, que nos vence a la entrada de ayer,
Encima de las torpes formas de componer,
Restando residentes a su porción de torta:
Almacenan el odio, cual una vena aorta,
Sumida al mar, que inflama, por la ruta más corta:

Podrida diploma-CIA, con G-DOS, que soportan:
Uno es quien todo quiere, a pesar de saber
Renuencias de ese otro, que se deja querer:
Apenas lo conmueven o le exigen prudencia,

Bufa, como los bárbaros, y reclama presencia:
Ulula, cual lechuza, o vuela a conveniencia:
Lustra su dictadura, sin mudar, en esencia:
La Era de estos dos es como un fósil de hulla:
Al observar pregones, su afán, claro que embulla,

pero no se conciben, reúnen, por clemencia,
sino por coronar respectivas urgencias,
de recibir ventaja dual de ambas regencias:
Es un puente visible de incomunicación,
que pactan sendos lados a irreconciliación:
Acera que nos lleva hacia ninguna parte,
pero se empeñan en publicar que comparten:

Abren sus embajadas, parecen cortejarse:
caminan por sus calles, planean relajarse,
aunque nadie los ve desbloquear o abrazarse,
por los graves problemas, que deben arreglarse,
así que esto parece una puesta en escena,
que lejos de dar risa, promueve uns grsn pena,
pues la gente es quien sufre y paga su condena:

El “cubano de a pie”, para quien no es berbena,
mira cómo se juntan y sientan a una cena
a la que no lo invitan; más bien los encadenan
a seguir, desde afuera, cómo se dicen: “Buenas”;
mientras sus beneficios cercenan y refrenan:

Diplomacia a pantalla grande, con “nochebuenas”,
acaso para ellos, pues al pueblo enajenan:
Sin glorias, se despierta, y sigue su faena,
concentrado en comer y/o poner sus antenas,
para ver cómo fluye la vida, en sus vidrieras,
y “el porvenir” que pasa, desde su otra acera:

Regalando migajas, mientras la gente espera
mudar de ese destino; y la mentada Era
no sea otra falacia, sino un cambio de veras…

MORALEJA

Ante el perro que ladra, cuando otro le ahúlla,
en la inauguración de sendos edificios,
solo veo artificio, acoso al sacrificio,
para izar las banderas, en ambos frontispicios,
cual si fuera una burla, el sacarnos de quicio,
o una revelación de nuevos precipicios:

Prefiero, por las dudas, darles un beneficio:
Otorgo, con mesura, beneficio de bulla,
tomando, cual termómetro, contínua represión,
por sátrapa, que aviva, las armas de un bribón…

EPITAFIO

Pues esta solución, ya no es mía, ni tuya,
sino de un pueblo unido, a pesar de que huya
y se refugie, en otras evasiones, que arrullan:
Se aproxima, sin dudas, la ocasión de que ebulla
su corazón, pendiente, por miedos que apabullan,
hasta a la resistencia, pues hay quien ni maúlla:

Si aquel que calla, otorga poder al que magulla,
conmuta más la pena de lo que le atribuyan:
No pasa, ni siquiera, que ellos se autodestruyan;
ni, por su despilfarro, alguien los destituya:
Esta Era les da más cuerda a sus cabuyas,
si esos hermanos son “siameses”, que nos puyan:

Por eso, hoy, en verdad, que nadie se inmiscuya,
ni terceros les hagan, tan prestos, pura bulla,
para que ya “Su Era” se cierre o deconstruya,
y los cubanos hallen la opción, que restituya
la ansiada democracia, que es sólo cuenta suya,

sobre una libertad, en cuyas manos fluyan
sus derechos humanos y un bienestar, que incluya
voces, y no silencios cómplices, que se instruyan
a multitudes, niños neutros, que contribuyan,
con esperanzas falsas, sino que éstos intuyan
el porvenir por ellos; no por quienes influyan:

Entonces, los siameses jamás les distribuyan
doctrinas sobre el hambre o “ideologemas”, cuyas
leyes cercenen luces; sin temores, que obstruyan
la dulce majestad de un pueblo, haciendo suya
la misma tierra que siameses le destruyan,
sembrando “pedraplenes”, que luego los engullan,
ante una ley marcial de cuanto muerto ebulla
del mar y el universo, que, unísonos, concluyan

lo que nunca debió pasar de izar cabuya,
o respuesta candente de un país, que se embulla,
con siamés disfrazado de obrero que patrulla,
cuando es el hortelano, que masacra y marrulla,
o mejor, “hortirano”, que no da de comer,
pero roe la entraña de quien lo hizo valer:

Moraleja que enseña al pueblo a conocer
la fuerza que lo puede callar o deponer,
si somos también fósiles, ramilletes de hulla,
y, hoy, el que menos ladra, salta y hasta maúlla,
para cambiar la fábula de aquel que más farfulla:

Basta con desbloquear capítulo, aleluyas,
hasta que caiga al suelo, por ser maldita mulla;
y crezca, nuestra CUBA, en libertad, que fluya,
cual estandarte, en vuelo, de nación, que se arrulla,
bajo cobija eterna, lejos de la cogulla
engañosa de un régimen, que se ahorcó con la suya…

José Antonio Gutiérrez Caballero

Miami, 14 de Agosto del 2015.

Miami, 18 de Agosto del 2015.

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