Por JOSAN CABALLERO.
(Acróstico para Francisco Javier Fernández Sanabria,
en duelo, con este amigo, sin muchos travesaños)
ALISTARSE EN LA MUERTE SIN SABERLO
Fallaste, pero quedas, viviendo otro destino,
Reemplazando rutas, hasta llegar a ser
Apenas ese hombre, que renovó su ayer,
Nublado de elegir su tiempo repentino,
Cuando la muerte es más que un cortejo divino:
Intento por salvarte, para comparecer
Sobre el castrado objeto de existir, pues antaño,
Curar encrucijadas te exponía al escaño
Original de verte, a punto de volver
Jovial entre nosotros, dejando un rostro huraño
Alistarse risueño, como si aparecer
Viajando tras tu imagen, te hiciera revolver
Instantes ya perdidos, cual si fueran tus años,
Enredadas pelotas de sangre, hasta caer,
Rezando más por ti, pues te queremos ver
Feliz con los amigos, que buscan absorber
El alma, cuyos bríos, al reponer los daños,
Regresa más atrás, contigo, cual extraño
Nacimiento de vuelta, sin ida, por saber
Acerca de quien eres, y volverás a ser:
Niño, con su alborada, apurando los paños,
Donados entre vidas, por la voz del regaño,
Erguido sobre el tiempo, que sepulta su engaño,
Zarpando con tu luz, sin muchos travesaños.
Seguro estás que eres un beisbolero más,
Airoso con tus manos, si hoy competirás,
Negándote existir, en letras sin tamaño:
Así vuelas tan alto, que ni yo te acompaño,
Buyendo como nadie, sin el dime y dirás:
Recordar es vivir retornos, entre laños,
Improvisando historias, de-vidas sin amaño,
Adonde vas, regresas, con rostro que enmaraño?
Oh, Javier, entre riscos, contigo, los escaños
se pierden, entre risas, malicias, desengaños,
para no festejar tu nuevo cumpleaños:
Si la muerte es un as, con manga de rebaños,
que no escatima esfuerzos, para encubrir sus daños…
Debe estar conectado para enviar un comentario.