Feliz el hombre dual, que echa a volar su alma,
Regocijado con la vida que trastoca
A ratos su virtud, pero no lo sofoca
Negándole el amor, que enaltece y ensalma,
Cuando aprende que huir es apurar las pocas
Esperanzas que tiene de conciliar su calma,
Suspendida a su edad en dolores del alma:
Cómo se recupera, cual diamante de roca,
Oleando travesías, al filo de una boca
Placentera, que trae dulzuras, si convoca
A un destino cuajado por torpe lejanía,
Lustrando un talismán de oso, en su jauría
Oculta, por verdad, a las leyes que apocan
Mentes en plenitud, libertades que evocan
Bendiciones y amores, cercanos a porfía:
Iza tu corazón, que, por poco, dislocas
Nobles rutas de luz, cual Sísifo que guía
Otra estrella real, que jamás equivocas:
Oh, ser humano, a ras de amor, tu garantía
es subir más la cuesta, con tu alma en la boca.
JOSE ANTONIO GUTIERREZ CABALLERO
Miami, 14 de octubre del 2016.
Debe estar conectado para enviar un comentario.