Hace muy poco se descubrió que los genes intervienen en la amistad y las relaciones interpersonales, así como, al moldear las conductas y caracteres de las personas, interactúan a favor o en contra de empatías y apatías, respectivamente, dentro de las redes sociales y la vida anímica de los seres humanos en general. Seguir leyendo
Archivo de Raysa White
VEINTE COMUNICADORES HISPANOS SE SIENTAN A LA MESA DEL CABALLERO, PARA RECIBIR EL PREMIO DE LA AMISTAD
Posted in MOTIEVASIONES with tags Galardonados, Premio a la Amistad, Premios Hispanos, Raysa White on 20 enero 2011 by josancaballeroELOGIO A LA AMISTAD, QUE SE LLEVA HASTA EN LOS GENES
Posted in ADIVIVERTIENTE with tags Amistad, Elogio a la Amistad, Genes, Poesia, Premio Amistad, Raysa White on 19 enero 2011 by josancaballeroUn magnífico poema de gratitud a la amistad, que también está de aniversario, es lo que me has otorgado hoy, increíble Raysa, niña elebrestada con los sueños de otros, cuando tus sueños se empinan de memoria, deambulan por la dicha del reencuentro, en un despertar de recuerdos compartidos, de soles que nos oscurecieron, y sombras que nos dieron de comer, porque la vida es eso, plenitud de dicha y de dolor al mismo tiempo, aunque el dolor sea más que un racimo de lágrimas cayendo, como la lluvia encima de nosotros, imperceptible y tierna, pero aunque nos empape, la dejamos que entre, le permitimos que nos abrigue, con su música húmeda y sin fondo, cual un pájaro que nos enamora y vuela alrededor, por dentro de nosotros. Esta elegía blanca de Raysa White, la poeta que es amiga, o viceversa, se ha adueñado de mi corazón, y ya retoza como una liebre amable, en el corral de un perro fiel, que te sigue los pasos, para apresar juntos el mismo hueso de la poesía, pero con distinta música y espacios, en la conquista de ese Carpe Diem, que nos permite ser mortales, y a la vez ángeles con causa, para la resurrección de nuestras vibraciones, en forma de columpios colosales, donde los demás puedan energizar sus vidas, a la par que nosotros. Un beso de inquietud, hasta la próxima mordida de ese perro indomable, que se llama libertad de expresión. Seguir leyendo
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