He aquí una alegría compartida y una nueva muestra de que los amigos devuelven los sueños y los multiplican, pues mientras él escribía una nota de agradecimiento en su blog, yo le entregaba el Premio de la Amistad, sin que ninguno de los dos pudiera saber, que estábamos cruzándonos, a la manera del secreto universal, con sendos artículos de ofrenda. Seguir leyendo
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