Archivo de CLUB DE ESCRITURA FUENTETAJA

RECUENTO CON PELOS Y SEÑALES DE LOS PREMIOS, FINALISTAS Y MENCIONES DEL II CONCURSO DE MICRORRELATOS «EL TALLER DE ESCRITURA» 2019, ENTREGADO POR EL CLUB DE ESCRITURA (S) FUENTETAJA, DE MADRID, EL 8 DE ENERO DEL 2020…

Posted in CELEBRACCIONES, CULTURALETNIAS with tags , , , , , , , , , , , on 13 enero 2020 by josancaballero

Primer Premio:

«Gatos», de Luis L. Lehnhoff

Me gustó la fuerza de tu ejercicio. La parte del gato.

Seguí sus consejos: los detalles, la visibilidad. Escribir de lo que sabemos.

¿Quién te explicó cómo desollar un gato?

Leí

¿Leíste?

Sí. Y pregunté. Investigué.

Está muy conseguido. El olor. El crujido de las vértebras. Que la piel salía como un calcetín.

Analicé y trasladé lo que sentí.

¿Cómo dices?

En clase dice que nada está por encima del arte.

Es una forma de hablar.

Hago lo que nos pide. Solo eso.

¿Qué hiciste exactamente?

Literatura.

Microcuento Presentado el 10/08/2019

Estadísticas: 66 Puntos ; 439 Lecturas; 82 comentarios

Dotado con 300 euros en metálico

Palabras del Jurado: «Funciona muy bien, con su estructura metaliteraria, dos voces contundentes para el diálogo, un suspense sutil, y una ironía que se vuelve cada vez más visible, con una última respuesta que en su contundencia descarada se muestra tramposa.»

Premio a los dos finalistas

1er Finalista: «Era, Soy, Seré», de Joaquín Pereira

Leía, escribía, publicaba: era periodista. Llegó la censura, los disparos, el exilio: muté a profesor de escritura. Llegaron los suicidas, los fatuos, los cursis: hice de psicoanalista. Me enfrento a sus errores ortográficos, a su incoherencia, a su mal gusto: me hago alcohólico. Imitan a Hemingway, a Cortázar, a Coelho: me convierto en exorcista. Me pedirán consulta, me ofrecerán un café, me invitarán a cenar: ejerceré de amante. ¿Dejaré de leer, de escribir, de publicar? No, venceré al olvido.

Microcuento presentado el 10/28/2019

Estadísticas: 352 Puntos; 516 Lecturas; 172 comentarios

Palabras del Jurado: «Con un trabajo de precisión muy cuidado para construir una estructura tremendamente eficaz hecha de paralelismos, comprime las etapas vitales del narrador desde un abatimiento progresivo que solo al final es capaz de contener.»

2do. Finalista: «Espejo», de Alejandro Bozo Cohen

Busco entre ellos al próximo Hemingway, pero sus miradas me devuelven la mía. Reanudo el taller y les explico la lección, el recurso literario, el ejercicio… lo que sea, lo que toque, lo que se olvide.

Microcuento presentado el 10/24/2019

Estadísticas: 160 Puntos; 547 Lecturas; 74 comentarios

Palabras del Jurado: «Muy conciso, con las palabras muy medidas, con el narrador subido a lo alto de una atalaya, encierra una lección paradójica y fundamental para muchos.»

Ambos Finalistas Dotados con la matrícula y primeros tres meses gratuitos en el taller on line de escritura creativa Fuentetaja

Premio al mejor lector

Josan Caballero

Palabras del Jurado: «Por sus comentarios extensos y reflexivos, con críticas constructivas siempre pertinentes y abiertas al diálogo.»

RAMILLETE de 20 Ejemplos con 20 Lecturas-Comentarios de Josan Caballero:

(1) FIEBRE DEL ORO: «Interesante tu relato, Andrés Zúñiga, sobre la base de preguntas y respuestas, que es la primera esencia de la narrativa decimonónica, heredada del método heurístico, que se usaba en los manuales de «Catecismo», de donde ciertamente surge el cuento, como género literario, en Hispanoamérica. Es una de las tesis que planteo, en mi ensayo novelado EL TESORO ENCONTRADO: LA SERIE LITERARIA INFANTIL DE CUBA A HISPANOAMÉRICA. LIBRO PRIMERO: 1783-1857 (Miami, 2010). He ahí una de las virtudes de tu texto, cuya síntesis genera evocaciones y recuerdos para todos, ya no, desde la dialogación, entre un niño y un adulto, sino, la realizada, por dos miembros nativos de una misma comunidad. Un micro de gran nostalgia y magnetismo, hasta con música western de suspenso, presentado en dos tiempos narrativos y contextos. Te traje tus cinco estrellas, ganadas a pulso, junto con la justicia de un sheriff, al que se llevan por delante, en favor de la progresión tallerística. Juegas muy bien, Andrés, con los diálogos y las ilustraciones que usas, por tanto, sería recomendable que subieras en las votaciones de este honroso Club de Escritura, como te mereces. Yo te leo, releo, y además te llevo conmigo, entre los textos más originales y auténticos. Felicidades y abrazos, Josan Caballero».

(2) ERA, SOY, SERE: «Amigo Joaquín Pereira, vuelvo nuevamente, para entregarte mi comentario veloz, pero desmedido y audaz, además de cortés e incisivo, pues tu microcuento me parece elocuente y atractivo, por lo jugosos y transitivo de su planteamiento, al mostrarnos a un personaje dubitativo y cambiante de personalidades y oficios, en su misma complejidad social y psicológica, aunque mostrado más, cual una ironía trágica evidente del narrador, que desea exponer las hendiduras del ser humano en sus facetas psicóticas o simbióticas, que lo harán avanzar o retroceder, dentro de la especie humana, susceptible de ser sustituida o renovada. Los dos puntos y seguidos muy bien utilizados, para dar seguimiento y continuidad de los oficios, en que desea desenvolverse este personaje descontento y agónico, que busca transmutar o metamorfosearse cada vez, en una armonía o desarmonía en espiral, un tanto simbólicamente esquizofrénica, hasta desembocar en la postura inocua y sorpresiva de amante, por qué no, y aquí se carga más de sentido el microrrelato, para entrar en un desenlace, a partir de preguntas, sin aparentes respuestas, que, por supuesto, contestará el lector, ya atribuido a la historia, como si fuera otro espectador o personaje. Sólo le agregaría unas palabras a esa suerte de enumeración caótica de frases o acciones, a modo de indagación y cierre sorpresivo, en donde se auto incluye el narrador, o quién sabe, si el autor-personaje: «Dejaré de leer, de escribir, de publicar, de analizar, de cortejar, de amar? Por supuesto que no. Remotamente, venceré al olvido…»
Nunca me ha gustado dar opiniones como éstas, en las que agrego algo más, que aún no está formando parte del texto primigenio, a no ser que actúe de editor o formando parte como conductor de un taller literario (que lo hice, durante varios años, desde 1979 hasta 1984), pero, me parece, estimado Joaquín, que le otorgaría una dimensión mayor a lo que nos propones. No quiero que se vea como una intromisión o una falta de respeto a tu cuento. Al contrario, te lo dije, pues al leerlo tantas veces, casi lo sentí apropiado, y quise darte otra variante, como si hiciéramos un taller juntos, tú y yo, ahora mismo, con tremendos y sinceros resultados. Esa es la magia y fuerza centrípeta que tiene este Club de Escritura Fuentetaja, donde uno comienza a sentir y percibir la sinergia y la energía positiva y coadyuvante de sus integrantes. Igualmente, puedes desestimarlo todo, y olvidar, como en tu cuento, cualquier posibilidad remota de cambio o enmienda, para la posteridad, o la prosperidad, según decía mi tía materna. Saludos y abrazos, Josan Caballero.»

(3) EL APRENDIZAJE: «He llegado por acá, Juan Beneito, pues te mereces tus cinco estrellas ancestrales, gracias a un relato diferente, que habla de los orígenes del hombre y su conocimiento ancestral, pero maravilla la fusión esmerada, entre texto e ilustración, más bien, en el desenfado de los garabatos ¿infantiles?, que se conjugan con las frases, junto al ritmo, antológico y ontológico, de las palabras, cual un poema origenista, o quizá una prosa poética, del primigenio taller, que da paso a las pinturas rupestres, en esta confusión de épocas y planos, que es la vida, cual un aprendizaje al derecho o al revés, pero enseñanza al fin, para otra historia que comienza, sin el «Había una vez…», aunque contiene todo lo que debemos seguir y aprender, como una fábula de los dioses o los grandes de intelecto y corazón. Qué gran juego «vivífero» (pues, jamás mortífero es, o será), entre el infante «Adán» (¿sin Eva?), y el creador adulto, que sólo vocifera, sacándolo (¿sacándonos?), de la gruta ancestral de nuestra historia, permanente e infeliz. Enigmático y fluido tu cuento. Coherente e infantil, siendo otro adulto en juego literario, con la espiral histórica, que genera más luz, al brotar o ser expulsado de las cavernas, cual un niño universal, con su genio e ingenio, para ser y hacer, similar a nosotros, en medio de su infausta tragedia o comedia humana, ¿quién lo sabe? ¡Felicidades, por tu hallazgo, Juan! Me llevo tu mensaje y enseñanza (motriz y matriz), para el reto y resto de mi vida, «per saecula saeculorum», sin Amén. Es verdad, que eres un maestro del relato estructural y de la poesía kármica. Yo te sigo, con todas tus merecidas estrellas, siempre, y cordialmente, Josan Caballero.»

«Has venido hasta acá, Juan Beneito, con tu grandilocuencia y tu verbo peculiar, a eclectizarme (Y por qué no, eclipsarme?) mi BORRADOR BORRADO, pero me gusta esa manera tuya de rodear los textos, con tu cultura enciclopédica y sobrenatural, pues contigo siempre hay más, y es cierto, que «no hay nada nuevo bajo el sol», ni nosotros mismos, por eso, tu abrupta y desmedida manera de dialogar y conjugar todo es tan existencial y apócrifa, que abogo por encontrarme cada día contigo, si no aquí, en mi blog personal (www.josancaballero.news), en el que ya estás, desde ya, invitado, no sólo para comentar, sino también para publicar lo que desees, pues tú eres un ser especial, que decoras con tu verbo y tu frase rememorial todo lo que tocas, lees, y deseas escribir o comentar. Bienvenido a este foro, del que sé, no te irás jamás, y además a mi blog personal, y a todo lo que quieras tú editar. Un abrazo y saludos, Josan Caballero.»

(4) MIS DRAGONES: «Qué maravilla escribir con y desde el corazón, amiga Ginimar. Cierto que «escribir no es empuñar una espada», la más brillante frase, que he leído aquí, pero sí empinamos nuestras almas, en ese ligero intento de crecer y multiplicarnos. Vengo a alcanzarle tus estrellas, aunque ya tengas puestas unas cuantas, diría cientos de ellas, para que las sientas, y las sientes a volar con tus dragones internos e intensos de placer, pues estás alcanzando el objetivo, por el que entraste aquí. Felicidades y saludos, Josan Caballero.»

(5) ESPEJO: «Estimado Alejandro, me gusta el propósito del microrrelato, por la originalidad en su abordaje, e incluso la manera de proponerlo, pero me parece el texto susceptible de amplitud. Más como una reflexión que le faltaría dos o tres frases más de desarrollo, pero, en realidad me gusta cómo encaras la visión de un profesor preceptista, que aún se anima entre los jóvenes literatos, para crear un universo literario, que ni siquiera lo supera, y lo hace continuar en un ejercicio, entre el criterio y la virtud. Me alegra el riesgo y la verosimilitud. Muchas gracias, Josan Caballero.»

«Suerte para ti, igualmente, amigo Alejandro, pues creo que tu microrrelato llegará a las finales del concurso, dada su originalidad y escritura, de modo que espero puedas mirarte al espejo de los premios del Club, lo cual festejaremos ampliamente, al concluirse las decisiones del jurado. Un abrazo y saludos, Josan Caballero.»

(6) AQUI VAMOS: «Querida Alicia, primero, me encanta que, al aproximarme a tu aula o sesión literaria de maravillas, me encuentro con tu inscripción, en el mismo pescante de tu microcuento, cuyo lema se desenvuelve como el nombre, «AQUI VAMOS», y anuncia casi igual sentencia o proverbio que Dante Alighieri, en su «DIVINA COMEDIA», sobre la misma entrada de «El Infierno»: «Olvidad toda esperanza vosotros, los que entráis». No en balde, incluso, descubrimos, que quien inicia el desfile es nada más y nada menos, que quien moderará, arbitrará y conducirá dicho taller, bajo el nombre o alias de «Virgilio», el que se ha dado a la previa tarea de ir conociendo, con determinada maestría y arrogancia, desde fuera, por dentro, a todos y cada uno de los matriculados en su curso de redacción literaria, mientras que ellos, sin conocer o saber la aparentemente macabra o premeditada situación, van apareciendo, dubitativos o hasta sin resquemor alguno, frente al aparente señor mayor, que se ha presentado y sentado primero que los demás, lo cual genera, desde el principio, conjeturas y valoraciones superfluas, sobre su persona y personalidad. Éste es el indicio inicial, que demuestra a una excelente narradora y creadora de naturalezas especiales y de verosimilitud única, sólo apreciables en aquellos que poseen una cultura e ilustración determinada. En segundo lugar, las detalladas y psicológicas presentaciones de los personajes referidos, por un narrador omnisciente, super observador y meticuloso de cada unas de las características anímicas, en el caso de sus posibles interlocutores o talleristas. Luego, al final de la narración, el tercer y último elemento, que acude de manera sorpresiva, con el uso de la primera persona del singular, en su cambio de rol y apariencia ante todos, al presentarte como Virgilio, el conductor del nuevo taller, y a partir de ahí el desenlace desenfrenado denuncia cuento breve, que conserva su prístino candor, pero también una estructura contenida y de evidente fuerza dramática sin igual. Me impactó mucho tu texto, amiga Alicia, y no sólo me lo llevo conmigo, sino que creo debe estar entre los más votados y, sin lugar a dudas, entre los finalistas del II Concurso de Microcuentos del Club de Escritura de Fuentetaja 2019. Un acierto literario y artístico de usted, señora Alicia Prack. La felicito y también me lo llevo. Tu minicuento también podría llamarse, o llevar esta otra inscripción: «PREMEDITACION Y PRESELECCION NATURAL, CON SUBLIME ALEVOSIA». Hay mucho más que decir y aplaudir, pero esperemos nuevos desafíos comentaristas y las conclusiones de un jurado capacitado y rector. Abrazos, Josan Caballero».

«Pues claro, que iré con mucho gusto en unos minutos. Lo que vi también, que ahí te fue la Piky, que no conocía hasta ayer, con el cuento de mi comentario, por su entrada intempestuosa en mi foro, armando una alharaca de situaciones con respecto a mis seguidores y comentaristas, que si tienen obras o no aquí, cuando lo que tendría es que sumar los y no restarlos. Es del miedo que he hablado yo. Quien tiene tiempo para armar revueltos de esa índole, debe conocer bien a su supuesto contrincante, que no lo soy yo de ningún modo. Sólo le dije lo que tenía que saber de mí, que jamás menosprecio, ni descalifico a nadie a priori, ni a posteriori, incluso. Vi y leí lo bien que le contestaste. Gracias, eso me complace, porque este es un foro con libertad de expresión y participación. Válgame Dios, la Piky, sembrando cizaña por todos lados en vez de ubicar y cosechar con su cuento los lauros que desea. Así solamente va a tenerse que decapitar o matar literariamente ella, antes de que su personaje. Me pareces una persona bien interesante, Alicia. Corro a buscar tu cuento y comentarlo. Adoro estos foros, en donde siempre aparecen situaciones y personajes inseguros como éstos. Yo tengo y mantengo obra, seguidores, lectores y compradores. No me pierdo en esas minucias, aunque claro que molestan. Saludos y abrazos, Josan Caballero.»

(7) TALLER MILLENNIAL: «Estimado Igor, antes había venido a concederte mis estrellas, desde el comienzo, pero ahora regreso a comentar tu texto, como cortesía, que debe ser y estar, en todos los casos, pues para eso somos miembros de un Club de Escritura. En principio, la imagen y ocurrencia de insertar a los alumnos y el profesor, dentro de un «Taller Milennial», es oportuna y feliz, junto con el hecho de enmarcarlo en una atmósfera de ciencia ficción. Virtud sine qua non de tu breve relato, por demás, conciso, elegante, bien escrito, y dinámico. Ciertas comas que faltan, pero no hacen intransitable dicho texto y contexto presentado. La mejor sorpresa, el terremoto o derrumbe, que se sugiere hacia el desenlace, que da prueba de sagacidad e impacto narrativo. Ahora bien, lo único que salta a mi vista y comprensión es esto…Cómo, si el texto explica, en sus postrimerías, que, y cito: «Así continuaron, muy animados», luego de un punto y seguido, me usas el «a pesar de que…», cuando debiste, según mi criterio, haberle dado más acción, diciendo más o menos esto: Hasta que, un inesperado (insospechado) estruendo, a escala inaguantable (o algo parecido, pues el autor eres tú), conmovió el recinto, por unos instantes (segundos/minutos), y «tanto los alumnos, como el profesor, yacían inermes, bajo el techo desplomado».
Es un giro feliz, y salvador de la gran historia que lograste, pero que cambia abruptamente, pues la hubieras podido resolver, a mi parecer, con esa vuelta de tuerca, sin necesidad del «a pesar», que no da continuidad, ni movimiento alguno a la magnífica fábula que cuentas.
Ojalá te sirvan de algo mis comentarios, mas, de todas formas, recibe mis felicitaciones y mi abrazo, escoltado de grandiosas y merecidas estrellas. Saludos, Josan Caballero.»

(8) BIENVENIDOS A HOGWARTS: «Llego a traerte mis estrellas, Piluchi, y a saborear la analogía de la mágica escuela de Hogwarts, con el taller de Escritura Fuentataja, en donde las varitas mágicas son sustituidas por las plumas con tinta; y el andén se torna y transforma, cual una página en blanco, a punto de garabatearse y surgir, pleno de letras, con sentido y propiedad, con razón de ser, para hacerse miembros y crear, dentro de un espíritu de cordialidad y entrega a una aventura, sin límites de tiempo y espacios transgredido, para transmutarse y florecer. Muy buena comparación de sitios, instrumentos, elementos, personajes, enlaces, miembros y objetivos, por el solo beneficio de la creacción y la multiplicidad de funciones. Pura magia y resurrección de vida. Te felicito, por tu entrega y visión de logros, Josan Caballero.»

(9) GATOS: «Tu cuento, Luis L. Lehnhoff, está construído, en el marco de un taller de Escritura, entre dos voces narrativa que alternan igualmente el método heurístico, heredado del Catecismo, con las preguntas y respuestas y comentarios intercalados, entre alumno e instructor, que no estorban ni confunden para nada, y además otorgan un dinamismo especial al texto, además de ese humor negro y ácido que lo circunda, con un profesor del taller agudo e incisivo, y un tallerista audaz y atrevido, que no se calla nunca y agrega tonalidades grotescas y cargadas de descripciones duras y dramáticas, hasta que el instructor circunda dicho diálogo mordaz, con una pregunta final sobrecogedora y espeluznante, que podría sacar de quicio al imprudente y desenfadado principiante, quien se enorgullece de su relato, y a la inquisidora indagación de su profesor, le responde con otra descarnada frase metatextual, cargada de doble sentido, y plasmando su verdadera y sarcástica personalidad, perfectamente definida ante la instrucción desmedida y urgida de aquél, que además lo sonsaca y quiere sacarlo de sus casillas: «¿Qué hiciste exactamente?… Literatura!» Nada más analógico por oposición que eso. Él no mató, ni desoyó a nadie, jajaja, menos a un gato. Él siguió al pie del taller y de la letra las instrucciones de su maestro capacitador. Tú, en cambio, hiciste verdadera «literaturidad», como dicen los formalistas rusos, con mayúsculas: Literatura, dentro de la literatura, un magnífico y entrañable metatexto. Un agudo y maravilloso cuento, digno de este gran premio del jurado calificador, que te abre las puertas de tu carrera en todos los términos. Felicidades, amigo Luis. Enhorabuena! Saludos y abrazos, Josan Caballero.»

(10) MI PRIMERA LECCION: «Espléndido relato el tuyo, Henar Tejero. Ya fui a entregarte mis estrellas y colocar mi mensaje enaltecedor. Con tanto trabajo multidisciplinario, no había podido regresarlo. Gracias por venir aquí, a traerme tu regalo, que unos cuantos dicen, no merezco. Pero, como no soy resentido, y escribo para que me lean las multitudes, no un coto cerrado o gremio literario, veo que continúan aumentando las vistas y las lecturas, que no es lo mismo, conjuntamente con las estrellas, que igualmente son valoraciones justas, vengan de donde vengan. ¿Y este taller se practica y constata, en la realidad, o en la virtualidad y la ritualidad de las redes sociales? Somos seres virtuales y sociales. Somos seres reales y virtuales, en tanto armamos nuestra «legión de fans», según me dijo alguien por acá; y también seguidores, que en definitiva son o serán nuestros lectores, como vengo haciendo hace diez años, con mis blogs, y otros medios de prensa, y hasta plataformas digitales. No hay que criticar, ni temer a eso. Un escritor, además de lector y tallerista, es un «influencers» más. Lo que tenemos es que estar a la altura de los tiempos y las tecnologías, sin desdorar o denostar a nadie. Es hora de romper esquemas y paradigmas, que la literatura fluye por las calles y ventanales; por las autopistas digitales, y, por suerte para nosotros, no se encierra en talleres, bibliotecas, libros, ni catedrales…Un gran saludo, por tu maravilloso texto, Henar, un verdadero descubrimiento, que merece muchas estrellas y otras bondades. Abrazos, Josan Caballero.»

(11) PALABRAS PARA EL CLUB: «Estimado Julián, acaparo tus sensibles y agradables comentarios, al igual que te digo que ya te he salpicado de sublimes estrellas, desde el comienzo de las votaciones, en mi caso, y hoy, con varios de mis colaboradores y «fans», como ya le dicen a los seguidores de un blog que tiene más de 2 millones en diez años, pues ya que me tildan de promotor de votos a favor de mi BORRADOR BORRADO, entonces debemos resaltar otros textos igualmente excelentes, que no tienen la promoción adecuada, y nos parecen susceptibles de ser comentados y exhibidos, entre los que entran en mi blog o frecuentan estos foros, para entregarles estrellas tangibles y memorables. Espero que te des cuenta, desde que conversaste conmigo, cómo aumentaron tus votos y estrellas. Te aplaudo y enaltezco como debes, mi panita. Yo soy cubano, pero viví 14 años trabajando y disfrutando de tu Venezuela querida. Entra, cuando quieras, en mi blog personal (josancaballero.news) y verás cuántos poemas acrósticos, al igual que artículos, he creado y publicado sobre este gran tema de la que considero mi segunda patria. Saludos y abrazos, Josan Caballero.»

«Encantado con tus palabras, estimado Julián, pienso lo mismo que tú, hay muchas formas de lograr el éxito, y hay quienes suben, para luego descender, en cualesquiera de las formas posibles, habidas y por haber. Lo que importa en determinado concurso es llegar a demostrar, que eres bueno en lo que haces, ya que los certámenes tienen siempre que ver con los gustos personales, pues se juzga, según la apreciación de las cosas, que tenga cada cual, al igual que nosotros; y ello jamás define el sentido de ser el mejor, sino el concepto general de lo que se desea en ese colectivo justipreciador. Tu definición como creador y promotor de tu obra la tienes tú mismo, con la apreciación de los lectores y el balance de la crítica, tanto en la prensa acreditada, como en las redes sociales. Por eso creo, que nosotros ya hemos ganado, en este Club de Escritura o taller virtual, y lo prueban las estrellas y comentarios, que se reciben diariamente, lo cual amplía el horizonte de expectación de muchos, dentro de este foro, conformado por 651 textos presentados, además de la opinión, certera o no, de todos los que participan de este gran debate y coloquio multivalorador. Te saludo y aplaudo, por ese cuento breve tuyo, humorístico y multicolor, Josan Caballero.»

(12) CONECTADO: «Estimado Guillermo, vengo a dejarte cuatro merecidas estrellas, como te prometí, pues creo que estás en tu oportunidad de oro y de pescados vivos, dentro de este certamen, en que lo principal es el taller, pero también la capacidad de respuesta ante la página en blanco, y la retroalimentación del creador, quien se niega a perderse, en ese mar sin respuesta, en ese inmenso océano cerrado y libre, que es la página en blanco, pues un escritor es como un pescador, que debe dominar su cara de pescar y su anzuelo, además de saber dónde se coloca para pescar sus ideas y palabras, si ya se sabe, que la escritura es una suerte de vasos comunicantes, en donde el autor pone su primera piedra, que se convierte en letras, que son estrellas, cual miguitas de pan, que nos muestran el camino de regreso al corazón, para encontrarnos los peces, que llevamos dentro de nuestra alma, que es parecida a una gran pecera, a modo de libro interminable, en que hacemos saltar nuestros «pescados vivos», como dijo el apócrifo de Antonio Machado, el Don Juan de Mairena, que nos dejó esto escrito, para siempre: «El poeta es un pescador. No de peces, sino de pescados vivos. Entendamonos: De peces que pueden vivir, después de pescados»…Como puedo darme cuenta, tienes ese don literario, para crear una atmósfera narrativa especial, por tanto, ya superaste, como dices, la etapa transicional del «borrador borrado», de manera que podemos encontrarnos con un texto, no conseguido totalmente, pero cuya fuerza narrativa nos conduce a esperar mejores resultados en los próximos relatos que pretendas crear, para constituirse en un gran narrador, que nos cautive y conmueva para siempre. Estás ya en el camino de las letras, con un mensaje alentador, y claro que nadie ya te extrapola o extirpa de esa meta. Jamás serás un «borrador borrado», pues tienes esa fuerza y valentía, que te permite atravesar de una a otra orilla del arte creactivo, hasta que consigas el objeto literario deseado. Saludos y abrazos, Josan Caballero.»

«Excelente y sensible todo lo que dices, Guillermo, con un apellido memorable y productivo, afín con nuestro oficio de amasar las letras y las palabras, para cocer el pan literario. Somos los panaderos de la creacción, y me enaltece todo lo que escribes, y cómo lo haces. Somos la suma de muchos «borradores borrados», pero lo valioso está en que no nos contentamos con eso y avanzamos, para ser cada vez mejores. El que mucho de los talleristas y miembros del Club se vean y reflejen en el contenido de mi relato, me enorgullece, pues da certeza de que escribí y escogí el texto correcto, porque, como dijo un colega de acá, Sebastián H., que tire la primera piedra quien no ha sido jamás «borrador borrado», o, incluso, sepultado, en la difícil carrera de llevar su piedra literaria o manuscrito, hasta convertirla en estrellas, como aquí se hace ahora, entre microcuentos y votaciones. Claro que voy, con mucho gusto, a regocijarme con tu relato, y dejar mi gramo de estrellas, para que continúes en este camino, como dices, que es realmente la meta. Un aplauso por tu comentario lúcido y con infinita luz y tierra fértil, transformada en estrellas. Nos vemos nuevamente en tu foro, que continúe la sinergia y las vibras positivas, hasta llegar a la cima, con todas las estrellas. Saludos y abrazos, Josan Caballero.»

(13) CAMINOS EXPRESIVOS: «Estimada María Esther, yo me he leído más de una vez los 650 microtextos, y por supuesto el mío, en enésimas ocasiones, gracias a mi adiestramiento, dentro de la Lectura Rápida o Veloz, un método verdaderamente eficaz, que auxilia muy bien a los editores o lectores editoriales, oficio que desarrollé, durante varios años, en Cuba, y que me permitió cierta ayuda económica, antes de dedicarme a la dramaturgia y la dirección teatral, con mi grupo Teatrova. Igualmente, los talleres para narradores de cuentos, exhortado por la Biblioteca Nacional de Cuba, la difundida Peña Literaria del Parque Lenin, o los sucesivos Encuentros de talleres de apreciación y creación, los Seminarios de Estudios Martianos, en los que participé y conduje, durante más de diez años, en Cuba. Quiero decirte, que resalto tu comentario a favor de mi relato, por el hecho de inmiscuirte en conceptos más científicos y de teoría literaria, propios de los estudios filológicos, relacionados con el meta texto o la literaturidad, que muchos escritores, aún aplicándolos, no los conocen a cabalidad, por tanto, se pierden en la naturaleza de los conceptos, e incluso, de los anticonceptivos. Sin embargo, en tu caso, respiro un manejo científico e intelectual de estas definiciones, apropiadas por una mente privilegiada, que sabe lo que está diciendo y, por tanto, lo aplica con naturalidad y desenfado, para resaltar las bondades o aristas intertextuales del BORRADOR BORRADO, que mucho tiene que ver, clara, espiritual y elípticamente, con Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Franz Kafka o Milán Kundera, por citar algunas de mis lecturas más recurrentes, pero al mismo tiempo, resulta un homenaje evidente y una reinversión contenidista y expresiva de esos eternos «borradores borrados», dentro del camino de la creacción de manuscritos, incunables y hasta en su versión editorial, que han tenido o pierden su identidad, sin poder facilitar su salvación escritural. Voy corriendo a votarte y comentarte, pues también, en mi desconocimiento de algunas reglas del certamen, pensé que sólo podía votar diez veces, y a partir de comentarios de los miembros del taller, entendí que nosotros podemos votar a muchas otras narraciones, por nuestra condición de talleristas y participantes escritores de los microcuentos. Siento gran devoción por quien entrega su conocimiento al servicio del esclarecimiento y ampliación intelectual de la comunidad, por eso, no sabes cómo te agradezco. Saludos y abrazos, Josan Caballero.»

(14) EL ATASCO: «Estimada Pepa H., pues muy complacido con tu comentario y con tu microcuento, al que ya he votado, desde el comienzo. Sólo que no te había dejado el mensaje y valoración que mereces, como haré hoy, tanto en mi foro, como en el tuyo, que es como debe ser: una distinción mutua, sobre todo, cuando alguien ofrece un nivel de lucidez apreciable y contundente, al analizar y comentar en torno al BORRADOR BORRADO. Tu texto, además de derrochar un humor implícito impresionante y una caracterización del protagonista muy afectuosa y simpática, nos interna en una forma de narrar súper original y sincera, además de sencilla y amena, muy ocurrente. Según mi criterio, lo que escribiste tiene todas las señas y prodigios, para lograr mejores y mayores puntuaciones, tanto como valoraciones y evaluaciones contenidistas y formales mucho más memorables, que las que aún tiene. Gozas de buena salud, en lo concerniente a conseguir un perfecto clímax con tu texto, muchísimo más que otros, que ya aparecen con puntuaciones superiores al tuyo. Yo espero hacer un comentario más amplio, cuando te haga la cortesía de entrar en tu foro, amiga mía. Saludos y abrazos, Josan Caballero.»

(15) SI HACE FALTA: «Estimado Sebastián H., ya fui los otros días a votar por su microcuento, y lo que dice usted es muy correcto y concienzudo. Quién dijo que lo filosófico y la tragedia de un lector-escritor borrado es ajena a un taller de Escritura, aunque no se nombre o mencione la palabra «taller». Es agarrarse por los aires y a la deriva, en la desesperación y el miedo por no llegar a sus metas. Cada cual tiene la suya, y en mi caso, sin arrebatarle a los demás nada. Quieren montar una cacería de brujas, mejor dicho, una cacería de «borradores borrados», por el solo hecho de estar en la avanzada de los textos más votados. Algun interés tienen, cuando entran varios en mi foro, indistintamente, para aleccionar me y provocarme. Esa es una actitud desleal y contrastable con el espíritu de este Club de Escritura. Señal de que se sienten inseguros de sus textos y sus votos, sean los que sean. Agradezco la gentileza y el acierto de sus comentarios. Saludos y abrazos, Josan Caballero.»

«Eres muy gentil, ya te dije en cierta oportunidad, Sebastián. Te lo vuelvo a repetir, puesto que llegas otra vez con un mensaje alentador y entusiasta, que no coarta o desvirtúa al «Borrador Borrado», sino que lo ensalza y envuelve dentro de un marco implícito, que puede lo mismo hallarse, en b el marco de un taller literario, como dentro de un aula creativa; tal vez en un estudio fotográfico o en la sala de su casa. Eres ese tipo de escritor-lector, que confabula la narración, en favor de su engrandecimiento y sustentación como obra de arte, no formando parte de una especie de cortejo o aquelarre demoníaco, que pretende desmoronar sus valores intrínsecos, y desbarrar de un cuento que sobresale, en todas sus formas y normas contenidistas, formales y lingüísticas. Gracias una vez más, lo saluda, cordialmente, Josan Caballero.»

(16) LA TAREA:  «Más que «Crear, borrando», amigo Roberto, es «Crear, enmendando», porque la base del escritor es la edición y la enmienda: el verdadero resultado es más con la goma de borrar, que con el lápiz o la pluma, ya que un creador se hace dentro de esa doble conjunción, pero sin agotarse, ni eliminarse del todo. Dejar sólo la flor, nada de hojarasca. Hay que saber limpiar y podar, con maestría, pero sin reducir lo esencial, no eliminarse o extinguirse en su totalidad. La obra de arte es un resultado, una conjunción de elementos disímiles, que hacen que precipite, en un logro armónico y cerrado. Te agradezco tus estrellas y tus comentarios, amigo Roberto. Valga la salvedad, que mi texto enjuicia y da algo de vida al BORRADOR BORRADO, para que no pase como con los cobardes, que de ellos no se ha escrito nada, sino sólo eso: Que no se ha escrito nada, jajaja…Al menos, mi microrrelato honra a esos «borradores», que se han quedado en el camino, o dejaron de existir, por la inexperiencia o el desaliento de muchos «borrados», que no supieron ser perseverantes y saber contentarse con su logro esencial, en la página en blanco. Aquí está la constancia de que se debe insistir y persistir, para llegar al logro finalmente. La perfección total no existe, ni en los grandes, es una suma de logros tangibles e intangibles. Agradezco tu gentileza y te abrazo, Josan Caballero.»

(17) EL TAYER: «Qué gran energía y movimiento tiene esta colmena viva de escritores con talento, este Club de Escritura, en donde parecemos abejas obreras o niños acabados de tener y mostrar a otros su juguete nuevo. Eso es lo que más me fascina de este taller creactivo, que nunca perdemos la fe, ni la esperanza de crear, de enmendar lo menos hecho, de reunirnos, y construirnos (y hasta deconstruirnos), como artistas y hombres nuevos. La magia de la Escritura es la lectura, Maritza, por supuesto, pues tanto hay que agradecerle a Michael Ende, en su HISTORIA SIN FIN o INTERMINABLE, si los escritores somos esa dualidad competente del emisor-receptor, siempre pendientes. Y qué maravilla para un escritor sentirse leído, abrigar el sueño realista interminable de ser recompensado con la lectura de alguien, que te devuelve la felicidad de haber escrito. Es un servicio espiritual y armónico que se completa y repleta para siempre. Gracias por colmarme con estrellas, y calmarme, para entender esa magia también de no haber sido un pobre BORRADOR BORRADO, ya que la escritura es agonía primeramente, ante la página en blanco, pero luego se convierte en felicidad plena y rotunda, cuando ves tu acto creactivo realizado, y lo lees. Mucho mejor, y más impactante, cuando te leen y aprecian lo escrito. La base de toda creacción es la humildad, pues te hace crecer y multiplicarse, como los panes y los peces de Pedro y Jesús. Te abraza y felicita, igualmente, Josan Caballero.»

(18) ESCRIBIR A CUALQUIER PRECIO: «Amiga Eli, claro que sí, confluimos en ciertos puntos, porque todos los que estamos acá siempre le hemos temido al pecado nada original de repetirnos o no contentarnos con lo hecho, y por eso pecamos de ser borradores borrados, pero lo interesante es, que a fuerza de talento e insistencia, vamos bregando de esta falsa dubitación y ascendiendo, hasta ser mejores o hacerlo mejor, pero jamás perfecto, con nuestras piedras o estrellas, cual Sísifos eternos de la Escritura creactiva. Te agradezco tus estrellas, pues ya yo te las había puesto. Encantado y feliz de conocernos, te abraza, Josan Caballero.»

(19) SUEÑOS CON PALABRAS: «Estimada Saida, en primer lugar, me encanta tu bondadosa disponibilidad de palabras y tu inteligencia desprendida y rotunda, para saber compartir, conversar e inquietarse con situaciones literarias y extraliterarias, que competen a talleristas y escritores implicados y complicados, con la naturaleza del arte y sus reglas inexplicables, por eso, claro que me agradaría debatir diversos temas contigo alrededor de varios cafés o copas del mejor vino español, italiano o chileno, comprometidos en llegar a resolver al menos lo concerniente a la estabilidad de una escritura seria, más allá de este Club de Escritura, valiendo el pleonasmo y la redundancia de hablarnos o comunicarnos, más que escribirnos, para llegar a una sinergia colectiva y feliz. Un abrazo y seguimos en contacto, más allá de estos predios, querida Saida, te abraza, Josan Caballero.»

«Una sorpresa tu segundo comentario, estimada Saida. La verdad, que aquí permanecen y han llegado disertadores, articulistas y comentaristas de lujo, ya que siento que es éste un foro, que no tiene nada que envidiarle al de sitios renombrados de teoría y praxis literaria. Imagínate, que en estos días entro más a este foro, que a los de mi blog personal www.josancaballero.news, al que por cierto podías llegarte, comentar y dar a conocer lo que desees de esas teorías maravillosas que exhibes y de que hablas. Yo leí y escuché muy bien tus palabras habladas cantadas, que tienen mucho que ver con el espíritu y el contenido de las obras que creé para mi grupo TEATROVA DE CUBA, del que fui dramaturgo, director artístico y mánager de 1989 hasta el 2000, y cuyas obras teatrales y musicales, muchas de ellas, daremos a conocer próximamente, en formato papel. Si me haces llegar un correo, te envío fragmentos de ellas, y compartimos las tuyas, junto a comentarios y análisis más apropiados, fuera de este set o foro de artistas. Mi correo es travesiadelcaballero@gmail.com y podemos disertar de todos esos y otros temas. Puedes entrar a mi blog y buscar en la parte derecha las secciones ELOGIO DE MI LOCURA y ESCENOFERIA, entre otras. Saludos y abrazos, Josan Caballero.»

(20) MATAR AL PERSONAJE: «Vine a traerte mis estrellas, Piky, pues, como soy un profesional, sé valorar lo que vale, y creo que tu cuento merece sus estrellas, además de una valoración justa y pertinente, de modo que me complace leerte y llegar acá, para justipreciar uno de los relatos, que se halla en el ranking de los veinte más votados. Viva el personaje, que no hay manera de matar, pues enamora y convence, aunque le falten algunas comas, otros signos de puntuación, como en estos casos:
«Lo había amado(,) a escondidas(,) entre frases…»
«Fue tras él(,) con su lápiz(,) llorando…»
«Si él moría(,) todos(,) los que lo leyeran(,) morirían»
«Era SU relato(:) ¡Joder!»
«Si un personaje se vuelve real(,) ves…»
«NO es de hierro(:) ¡APROBADO!»
Es cierto, que en ninguno de los casos, estas pausas y cesuras, que faltan, no dificultan la comunicación, ni el desenvolvimiento normal del texto, en general, pero, realmente, según una edición correcta, deben estar ahí.
En ningún modo, he querido molestarte, ni ofenderte. Al contrario, vine a limar asperezas y entregarte mis «vivas», para tu cuento y personaje.
Me parece extraordinario encontrar síntesis, originalidad y fuerza expresiva, que lo hacen uno de los grandes candidatos a alzarse con alguna precea, entre los mejores del certamen. Y qué argumentar del juego expresivo y multimédico con las imágenes, el cual me parece adecuado y sorprendente; uno de los más ingeniosos y adecuados, que jamás choca o desentona; al contrario, le otorgan agilidad y fuerza; dinamismo global, al texto, cual un compacto todo, que nadie podría separar. Esa es una de las mayores virtudes de tu obra, a mi modo de ver, que no ocurre en ningunos otros casos, en que las imágenes aparecen como un relleno o accesorio, sólo para adornar, incluso, contrastar.
Te felicito y reitero mi complacencia de acompañarnos dignamente, en este Club de Escritura, al integrar ya, sin lugar a dudas, el TWENTY TEN, de este II CONCURSO DE MICROCUENTOS DE FUENTETAJA. Saludos y abrazos, Josan Caballero.»

«Estimada Piky, no me ha agradado nunca entrar en diatribas o discusiones paralizantes, cuando se trata de literatura y creación, menos en el medio o transcurso de un certamen tan simple como éste, que tampoco le resta valor, ni personalidad. Pero debo aclararte, en primer lugar, que no soy un señor principiante de sólo un microtexto y un blog personal, de diez años de duración y mantención ininterrumpida, con alrededor de 2 millones de seguidores asiduos y comentaristas, que siguen y valoran la creacción de un poeta, narrador, periodista, diseñador, editor-publishers, investigador, dramaturgo, director artístico, profesor universitario, lector editorial, conductor de talleres literarios, que ya, con treinta libros editados, tuvo la osadía y la simpleza de participar con el primer microrrelato que escribiera el mismo día, en que comencé a concursar en este prestigioso Club de Escritura Fuentetaja, el 11/1, a instancias de mi amigo periodista y narrador, el venezolano Alejandro Bozo Cohen, que me envió el link de su cuento breve, para que lo leyera y comentara, no sin antes «embullarme» a participar. Si buscas en los comienzos de mi participación, muchos de quienes tienen textos dentro del certamen, entraron a mi foro, después de que yo comenté en el de ellos, y mi persona, aprovechando la herramienta comunicativa y promocional de su blog personal, que se encuentra cumpliendo diez años, desde el 15 de abril del 2019, además del hecho de contar con verdaderos lectores-comentaristas y amigos, que he contribuido a desarrollar, pues me di a la tarea de promover y fomentar mi foro de comentarios, que tampoco es ilegal, ni me convierte en un doble ser vivo, dentro del certamen, ya que todos tenemos el derecho y la posibilidad de invitar a comentar a familiares y amigos, conocidos, seguidores, amores (lectores, artistas o no), para que sean capaces de dar su opinión y exponer sus ideas sobre mi cuento, como el de los demás concursantes. Eso sí, no soy Josancito, el huerfanito de fans, amigos, seguidores y familiares, sino alguien que trabaja y ha trabajado arduo en sus redes sociales, blogs y obras literarias reales, aunque a lo.mejor no tan conocidas, pero sí perpetuas y contundentes, desde hace cincuenta años de vida artística, mi amiga Piky, lo cual tendrías que haber hecho, primeramente, antes de hablar o escribir sin saber, pues para conjeturar y criticar, en verdad hay que indagar, sin establecer resquemores o criterios a priori de alguien, quien, desde que entró en este foro o Club lo que ha hecho es fomentar y establecer válida competencia y productividad de mensajes y debates fructíferos, jamás paralizantes, ni denostadores de ningún concursante u obra en particular. Creo que debes centrarte en tu texto en particular, y en sus valores polisémico e intrínsecos, no en si alguno de los demás que concursan logran mayor tráfico de comentaristas y participantes dentro del debate de sus microcuento, en buena lid, no deshonesta, ni maliciosamente, haciendo el giro del quítate tú para ponerme yo. Te sugiero o exhorto a que te introduzcas en mi blog personal, lo suscribas o no, y leas mi ficha biobibliográfica, llamada ELOGIO DE MI LOCURA, o parte de mi bibliografía activa y pasiva, hasta el año 2009 nada más, pues, inclusive, debo actualizarla, desde que empecé mi blog personal, y que titulé EL PESO DE MI ISLA, CUANDO ESCRIBO…Pero, sobre todo, uno de mis textos fundamentales, que es el descubrimiento de los plagios de Alga Marina Elizagaray, que aparece al inicio del blog, en seis piezas investigativas, de un ensayo monográfico, titulado TANTO VA EL CANTARO A LA FUENTE, donde le demuestro, con investigación irrefutable el latrocinio literario de 36 autores y 44 títulos diferentes. Eso demuestra perseverancia , lectura concienzuda, investigación, y además talento y valentía, lo cual engendra un respeto de los lectores y seguidores, pero también una responsabilidad de mi parte, a la hora de mostrar mi continuidad, sin rupturas. Creo que te he demostrado, brevemente, mi suficiencia, no la autosuficiencia insuficiente, en la que creías al posible «escritorcillo de marras», creador de un solo microtexto hace quince días. Por supuesto, que ahora voy a leerte y a comentarte, que es lo que más me encanta, como a los fans y seguidores que participan conmigo y junto a mí, aunque no tengan casi o ninguna obra, que no es un pecado tampoco de lesa literaturidad. Léete además mi breve biografía de mi perfil, que creo tampoco leiste, lo cual sí es un pecado de lesa ingenuidad, para no usar una palabra o adjetivo más adecuado a tu forma, nada diplomática, de entrar en este debate absurdo, para lograr alguna revancha, que, evidentemente, jamás lograrás. Saludos y abrazos, Sra. PIKY, atentamente, JOSAN CABALLERO, seudónimo literario del escritor cubano JOSE ANTONIO GUTIERREZ CABALLERO.
P.D.: Por el título de tu minicuento, MATAR EL PERSONAJE, me sugieres muchas cosas, y espero no sentirme defraudado, como con tus comentarios, para solicitar o lograr comentaristas y lectores, ganados o arrebatados finalmente, de este foro, para el tuyo, lo cual puede ser, pero no es justo, aunque todo es sencillamente astuto o legal.»

Premio Dotado con el videotaller «Encontrando una historia» de Antonio Muñoz Molina

Premio al autor más votado por los miembros del Club

«BORRADOR BORRADO», de Josan Caballero

Era un lector, que pensaba en escribir. Lo hacía de una sentada y sin pensarlo, pero luego lo leía y empezaba a borrarlo, hasta no quedar nada, para compartir consigo mismo. Quería hacerlo perfecto, y no quedaron los manuscritos, ni los relatos de sus pensamientos. Un lector, que pensaba escribir, pero no sabía cómo leerse a sí mismo. Jamás quedó ni una constancia de ello. Fue sólo un borrador borrado.

Microcuento presentado el 11/01/2019

Por haber obtenido 758 votos, 1.473 lecturas y 350 comentarios (al 8 de enero del 2020)

Premio Dotado con el videotaller «Relatos con perspectivas; relatos sin preceptivas», de Ricardo Menéndez Salmón

Obras seleccionadas por el Jurado en última ronda (por orden alfabético)

1. Abel Valenzuela García, con «Los muertos vivientes»

Todos los días mataba dos o tres novelas negras. Al salir de la oficina, me metía en la morgue y hacía las autopsias con otros asesinos en prácticas.

Disuelta la carne, quedaban por fin los huesos.

Al año y pico le pillé el truco: los silencios entre costilla y costilla susurraban una historia. Así empezó mi amistad con los necrófagos.

Al parecer, aquellos engendros tenían el mismo vicio que yo: hablar del tuétano les dejaba un regusto a carne humana, y salían corriendo a contarlo.

2. José Alberto García Macho, con «El tiburón»

Hoy toca autoficción.

Raquel evoca el parto de su única hija. Julia relata con emoción una crisis de pareja provocada por sus celos, que reconoce infundados. Pedro recuerda un accidente que por poco lo mata.

Laura recrea un encuentro de una noche. Ambos estaban casados y se pregunta por qué engañaron a sus cónyuges. Describe el tatuaje que aquel hombre tenía en la ingle, un tiburón nadando entre los pliegues de su bajo vientre.

Julia rasga las hojas de su relato y abandona el aula, llorando.

3. Rubén Marzo Alarcón, con «Conflicto»

—¿Has mirado dentro del armario también? —pregunta la tutora al alumno.

—He mirado por todas partes: debajo de la mesa, en las estanterías, incluso detrás de la pizarra, y no está —responde el alumno.

—Pues entonces seguimos igual, inmersos en una mera anécdota, sin historia.

El Jurado también quiere destacar los siguientes relatos

A. Amanda Smidth, con «Golpe de efect

—Te regodeas en tu amante de «la vie en rose» hasta el empalago, pero sólo explicas. ¡Crea acción!— Dijo el viejo profesor mientras Lulú torcía el gesto y una vez más se disponía a reinventar el cuento.

Alumna aplicada entregó expectante, ansíando una nueva impresión.

—Aprendes rápido— acertó a decir el profesor mientras se aflojaba la corbata y se limpiaba unas gotas de sangre que corrían por el cuello tras zafarse de las fauces del amante francés que todavía sentía mordiéndole la yugular.

B. Antonia de la Luna, con «La historia que tanto esperé»

Emma era la mejor escritora. Decidió dejar su pasión para dedicarse a su familia.

Le pedí que cogiéramos un taller de escritura, pero se negó. Tomé el taller, escribí esperando que retomara algún día.

Pasaron treinta años cuando la encontré comprando mi libro. Tan bella y tierna como siempre. Estaba separada y sus hijos ya adultos.

Me atreví a confesar que mis historias eran para ella, sonrió coqueta. Le rogué que volviera a escribir, y aceptó darme aquella historia que por tantos años esperé.

C. Benjamín Cienalmas, con «Estornudos»

Es una especie de acto involuntario, como el estornudo. Uno no elige cuando estornudar. El impulso me domina varias veces por día. Me sucede en el trabajo, en la cola del supermercado o cuando estoy a punto de dormirme. Si pudiera evitarlos no estaría aquí, pero como le decía, profesor, son estornudos.

El profesor bajó la mirada para revisar las líneas que le había entregado y con voz pausada me dijo: No está mal, por el momento sigue estornudando, el estilo llegará con el tiempo.

D. Eugenia Zorrilla, con «Sobras»

Siempre me quedo hasta el final. “Dejen que acomode yo las sillas. Me quedó ese TOC de mi trabajo en Mc Donald´s”.

Nadie tiene por qué saber que digo lo mismo en los cinco talleres de escritura a los que asisto en la semana. A los meses abandono y me anoto a nuevos, en igual cantidad. Tampoco se percatan de cómo guardo en mi morral fragmentos descartados u olvidados de los alumnos.

Hace tres años que así mantengo viva a mi culebra: dos huevos de gallina y una ración de palabras ajenas al día.

E. Graellsia, con «Best seller»

Ella le confesó en el patio el argumento de su próxima historia. Él la cubría con su abrigo. Habían sido tres meses de taller en el que ella no había escrito ni una palabra. El resto de las presas se habían agarrado a sus lápices como un salvavidas. Estaba prohibido saber el historial de las alumnas. Pero él sabía que las manos que ahora tocaba habían descuartizado a su amante, el gran escritor J.L. Goldman. Tocando su piel ya podía sentir el olor a tinta recién impresa. Había merecido la pena.

F. Jesús J. Prensa, con «Una espera»

Su pregunta es de lo más estimulante.

Nos separan tres mesas en este taller de escritura.

Me muevo hasta la siguiente mesa, desde donde observo mejor.

Me ha mirado.

Sonríe, también. Quedan dos mesas. Llego a la penúltima, avanzo hasta la última. No queda nada. Me siento ante ella, pregunto muy cerca.

Pero no es ella todavía, lo sé.

Nos separan tres meses, el tiempo de duración del taller.

Hoy empezamos.

Tendremos que conocernos mejor.

Vuelvo a mi mesa, recojo. Todos recogemos.

Pero espero.

G. Jorge Machado Obaldía, con «La consigna»

Esa tarde debíamos escribir un cuento breve, de tema libre.

Por mi parte, no había tenido un buen día: la nieve apagaba los desiertos, los pingüinos hervían de fiebre y fundían el menguante hielo, las vacas devoraban a los granjeros, las aves obstruían los caminos, capas de insectos cubrían las ciudades.

Al terminar, cada uno debía leer en voz alta lo producido.

“Deshágase la luz”, exclamé cuando llegó mi turno. Todo el caos, talleristas incluidos, volvió a la nada.

Y vi que aquello era bueno.

H. José Luis Chaparro, con «Corrección de estilo»

Es tarde; salimos.

El profesor ignora que un tipo espera en la calle para descerrajarle un tiro en la nuca. Es el protagonista de mi relato. No es mi estilo, pero lo escribí como venganza por hacer visibles mis errores. Lo siento.

—¡Debo volver a entrar! —grito vehemente.

Abro mi bloc de notas y corrijo: «Apunta a su cráneo y presiona el gatillo. Su cabeza explota». Pero el arma falla».

Ya está. Lo acompaño afuera.

Suena un «click» a nuestra espalda.

Y unos pasos que se alejan a la carrera.

I. Juan Cristóbal Espinosa Hudtler, con «Efecto crisálida«

Isidro ya es Flaubert, como lo prometió al llegar aquí ̶ dijo Emma, la profesora ̶ . Es igual. De tanto ponerse aceite de oliva, su bigote es de morsa; de tanto pensar, su cabeza está calva y… ¿Su barriga? !Prominente! Habla con elegancia, viste como si fuera del siglo XIX. Escribe con precisión y revisa hasta el hartazgo. Expresa lo justo y con gran delicadeza. Lo malo es que no me ha convertido en Madame Bovary, sino en Salambó. Todos, en ese instante, distinguieron su propia metamorfosis.

J. Lili, con «Una pizca de sal»

Cuando finalizó el taller de escritura me anoté en el de cocina. Fui la primera en llegar, los errores de la receta del día en la pizarra me horrorizaron. Procuré corregirla: agregué y quité tildes, eliminé adjetivos y, como la palabra “sal” me parecía muy solitaria, le agregué “del ácido cianhídrico”, que me surgió tal vez de algo que había leído en el taller anterior. Nadie me negará, Usía, que así quedaba mucho mejor. Sé que murieron todos, pero ¿cómo iba yo a saber que eso significa cianuro?

K. María Nélida Pedernera, con «Consigna»

No fue fácil. En Mercado Libre encontré muchas ofertas de devanadoras de lana pero ninguna que pudiera devanar cerebros. Tuve que hacerlo, a la vieja usanza del cuento de la Bella Durmiente, con huso y rueca. Y no resultó sencillo hilar primero los resbaladizos y ligeramente sangrantes sesos para luego ovillarlos de forma que el tejido del texto se hiciera posible y así cumplir con la tarea que la coordinadora del taller de escritura nos propuso: tomar una frase hecha en sentido literal.

L. Paqui Martínez, con «El taller de escritura»

Cada lunes acudo al taller de escritura en vez de tenerte entre mis brazos y hacerte el amor. Ocupo ese tiempo que ayer dedicaba a amarte. Antes, sentado en aquella barra, inicio el ritual, el camarero cojo me desprecia, me sabe perdedor, <¿vas al taller de escritura?>, ¿cómo no decir sí?. Después subo a la planta que hay encima de mi oficina, me siento frente a ese «¿excornudo?» y le oigo hablar de estilos, de metáforas. Yo siempre estoy callado, recordándote. Hace tanto que me dejaste.

M. Polanesa, con Qué escribir cuando estás escribiendo (o cómo ser feliz sin intentarlo)

«No se puede narrar la felicidad», escribió Libertella o quizá fue Tolstói. Yo escribía mucho cuando (no sabía que) era feliz. Escribía bien. Hoy busco un indicio o una nota al pie, pero solo pienso en paráfrasis. La desdicha me aburre, me fastidia. Quiero romper las reglas hipócritamente: hoy quiero escribir sobre la felicidad, sumida en la mediocridad. ¿Un disparador? El lemon pie de mamá. Los vientos del sur. Tus mates. La chilena de Lisandro al rojo… Sí, la chilena de Lisandro. Escribo.

N. Sergio Alonso, con «Personalidad literaria»

Bipolar, como un anacoluto.

Pesado, como un polisíndeton.

Espontáneo, como un punto y coma.

Discreto, como un asíndeton.

Reflexivo, como los tres puntos.

Impulsivo, como una exclamación.

Honesto, como los dos puntos.

Cíclico, como una epanadiplosis.

Complejo, como un verso alejandrino.

Tímido, como una coma.

Sedentario, como una frase.

Activo, como una oración.

Conciso, como un microrrelato.

Único, como la vida, como un cuento, como un taller de escritura, y punto.

Ñ. Sofía Contreras, con «Algo para abrir candados»

Mi madre riega las plantas en el fondo del patio. Yo me asomo por el balcón y grito:

– ¡Ma! ¿Con qué herramienta puedo abrir un candado?

– ¿Te quedaste encerrada allá arriba? – suelta la manguera, se acerca preocupada.

– No, un viejito en el cuento que estoy haciendo para el taller de escritura necesita algo para abrir un candado – le explico, mientras el personaje espera la herramienta.

O. Víctor M. Almanza, con «Catarsis»

¿Érase una vez? ¡No! Es un cliché. El maestro siempre lo tacha, dice que se debe entrar con fuerza para atrapar de entrada al lector. Cuida la palabra – me dice No repitas términos, el adjetivo es tu peor enemigo, el conflicto lo es todo, sé certero con el final. ¿Cómo describo este dolor si no hallo las palabras? ¿A quién le interesa recoger los trozos de vida que he dejado en mis versos? El maestro no sabe que esto es todo lo que tengo. Catarsis me dice como si solo eso bastara.

Jurado Calificador Club de Escritura Fuentetaja

Madrid, 8 de enero del 2020.

José Antonio Gutiérrez Caballero

Miami, 13 de enero del 2020.