Josancaballero's News

Por José Antonio Gutiérrez Caballero.

 

Era indudable que el Coma Andante tenía que morir,  hoy día 13 de agosto, en las vísperas de su cumpleaños número ochenta y tres, si no de una sobredosis de recondenación, de un inevitable  agotamiento panfletario y demagógico, como alega Chiquita, aunque también pudo ser, por su propia monstruosidad alevosa, como lo representa Willi Trapiche, quien lo vió fulminado por un rayo de dos Cubas divididas, ambas porciones de dos islas diferentes, que, a pesar de que han sido, y son, una sola, el Fifo y su hermanito se han encargado de aislarlas cada vez más, aunque nunca lo hayan conseguido totalmente, por suerte. 

«Gindó el piojo»,  porque no se aguantó haber sido, el que provocó que el treinta porciento de la población haya tenido que emigrar a cualquier parte del mundo, porque no querían, ni podían soportarlo más, como lo sentencia Morgana, para quien la historia nunca lo absolverá, más bien lo disolverá.

Empezó a morir, desde la mismita diáspora insular, cuando fueron saliendo los «cubiches» en masa, y se plantearon, desde la otra orilla del mal, sobrevivirlo, para contar la verdad de esta historia, según sostiene Ignacio Teodoro; o simplemente, como lo vela Guamá, burlándose de «La Edad del Ogro», mientras le manifiesta los mil y un nombretes que le fuimos poniendo al «Cagandante», a través de los años y los daños, porque, aunque el cubano, aún viva, en medio de su pesadilla, siempre será una broma viviente, una triste y humillante broma sobreviviente.

Ha muerto Fidel Castro, porque «esto de vivir», como lo grita Ana a la inmensidad, atónita y perdida, no se lo zumba nadie, y lo que nos queda es sólo mirar «el casco y la mala idea», de todo lo que un día fue, que ya jamás será. Aunque, igualmente hay que escuchar lo que le dice Javier Guzmán, felicitando al Fifoooo, como en sátira, por su encuentro inmediato con las Parcas y los sucesivos «muertos de su felicidad», parafraseando a Silvio Rodríguez, uno de los que, sencillamente, todos sabemos por qué, ha sostenido, con cierta ambivalencia, la imagen del déspota dictador. Murió atrapado por sí mismo, por sus muertos y sus monstruosidades a granel.

Mientras LaMimita confirma, por un lado, que Fidel Castro se murió, a través de una imagen bien cruda de Chiquita Mala, pues en Añel se hace eco de la imaginería cubainglesa y nos asegura que fue decapitado, de un solo y justiciero hachazo, pero a seis manos, como si fuese un mismísimo verdugo, encarnado en aquellos reyes magos, ahora convertidos en Parcas vengativas, tras haber sido desterrados, para siempre, de su reino ancestral, en el centro del Caribe.

Por su parte, Esperanza también lo mató, pero asegura que este cadáver, tras bambalinas, sigue existiendo, porque el sistema se alimenta del muerto, de su ego, de sus escritos, que no han muerto, pues él es eso, el sistema putrefacto, un muerto por adentro y por afuera, imagínense ustedes qué clase de muerto tenemos que enterrar. «Ese muerto no lo pago yo, que lo pague el que lo mató», exclama alguien de un balcón o de un blog, quién sabe, pero todos haremos como en Fuenteovejuna. «¿Quién lo mató? —¡Fuenteovejuna, Señor!» Claro, si todos estamos muy pendientes de las frases de su discurso al triunfo, en enero de 1959, citadas por Sito, valiendo la redundancia: «Y quiero decirle al pueblo y a las madres de Cuba, que resolveré todos los problemas sin derramar una gota de sangre. Le digo a las madres, que nunca a causa de nosotros tendrán que llorar». ¡Valiente cinismo! ¡Como el de Chávez, si son igualitos! ¡Por eso lo matamos, es decir, está ya muerto!

Faltaba un humorista, en este velorio, y luego para el entierro, por lo que enseguida, sin ser llamado, se apareció Alfredo Pong, que padece de una «castrofobia incurable» y, por lo tanto, no cree en ninguna de las formas de socialismo existentes, de ahí que pusiera la nota hilarante y delirante, en este casi jolgorio de muerto ajeno, nada familiar, a través de su «El Hombre Nuevo felicita al Coma-Andante», con un «Happy Birthday to you»:

Antes de cerrar este editorial, llega «La voz de Sindulfo», alguien que conocemos bien, por sus diseños y alegorías bilingües, que aunque ahora muestre su lado cubano-mongol, o viceversa, siempre será la pauta y referencia adonde llegue, porque sabe estar y quedarse, nutrir y nutrirse, de los que llegan, de los que se quedan y los que se van: una especie de caballo de troya fulminante. Por él sabemos que el soporte del murmullo es también indagación. Y si él lo asegura, hay que seguir en ello, aunque el título «Rumores del Hórmigo» lo haya tomado prestado, más bien del poemario escrito por El Cucalambé, y no de Alina Fernández, que dice bien sobre la «radio bemba», en la tierra de su padre, pero mejor es lo que sostiene el estilista Mongol, quien también se arma, para esta oportunidad, con otra imagen de Chiquita Mala, sin dudas la reina gráfica de este velorio-re-evolución, porque quién no ha querido o soñado darle «el ansiado batazo» al «octogenario hijo de puta», debido, entre otras cosas, a que: «Hace ya buen tiempo que la cara de la revolución tiene razgos achinados, un tanto amanerados, y sobre todo alopésico al no mostrarnos la barba emblemática, y el derrotero revolucionario sigue siendo el mismo: en picada y sobreviviendo de puro milagro y con un aliento etílico evidente».

Ya estamos unos cuantos, unidos por primera vez, sin que tengamos que ser Mosqueteros, algún viento divino de eternos kamikaze, o creyentes de una secta budista. Nada de eso, sino simplemente niños, adolescentes, adultos cubanos, en la diáspora de este siglo y del otro, de un mileno, que ya no soporta más vivir sin democracia, naufragando en un socialismo de cartel. Por eso, decretamos y creemos todos que se ha muerto, y lo damos por muerto de una vez, porque esa bestia, que ha resultado ser, fue tragada por sí mismo, por la historia, por los hombres de dos siglos, por los hijos, los amores y los odios, sin Amén.

Pero lo más importante aquí es, sea verdad o mentira que el tirano haya muerto (porque ya unas cuantas veces, nos lo han resucitado), que si hacemos un examen de la archiconocida Charada China, podremos percatarnos de que éste es el año de su deceso y, por supuesto, también del cambio definitivo cubano. Veamos qué significa esta fecha (8/13/9), en la numerología de la Charada:

OCHO: Significa Muerto Grande, Calabaza y Mesa

TRECE: Significa Pavo Real, Regalo y Niño

NUEVE: Significa Entierro y Esqueleto. Cuatro y Cinco, que sumados dan Nueve. Cuarenta y Cinco, que es Presidente, Traje y Tiburón.

De lo cual se desprende que el Entierro del Muerto Grande, o sea, El Presidente, su Esqueleto, que anteriormente era todo suntuoso, como un Pavo Real, nos traerá la Abundancia y la Felicidad, representada en la Calabaza. La buena alimentación llegará nuevamente a las Mesas, y ése será el mejor Regalo para todos, en especial, para nuestros Niños y Generaciones futuras.

 Si a ello adicionamos los innumerables significados del número 13, que ya sabemos tiene una gran connotación en muchos países y personas, que lo consideran fatalista, un signo de negatividad y malos designios, por eso, siempre se ha empleado la frase 12 + 1. Los aspectos que se toman en cuenta, para la consideración supersticiosa de este número, son los siguientes, ya enunciados con anterioridad, por muchos investigadores a lo largo del tiempo:

Numero 13 o 12+1 para los supersticiosos

El 13, en muchos países occidentales, es visto como un número de mala suerte. De esta manera, como hoy es 13, y además es una fecha connotativa, debido, entre otras cosas, al nacimiento de quien todos sabemos, vamos a destacar algunas curiosidades sobre dicho número, aunque, por suerte, hoy no es precisamente viernes, sino jueves, qué alivio.

1. El miedo a este número, en sí mismo, es llamado triscaidecafobia, y los triscaidecafíficos son las personas, que creen ver, en el número 13, un factor crucial que rige sus vidas.
2. Se cree que dicho miedo pudo ser provocado porque, en La Última Cena, participaron 13 personas, y una murió.
3. Es el séptimo termino de la sucesión de Fibonacci (0 1 1 2 3 5 8 13 21 …)
4. Era un número sagrado para los Mayas, el cual representaba las 13 fases lunares.
5. El capítulo 13, en el Apocalipsis, predice la venida del Anticristo.
6. Viernes 13 de 1307,  los templarios son acusados de herejía, y entregados a la Inquisición. Se dice que los templarios dejaron maldiciones ese día, antes de ser torturados.
7. El Apollo 13 fue el único de los Apollos que no consiguió alunizar (desde el primero, que lo consiguió).
8. ‘A Series of Unfortunate Events’, de Lemony Snicket, es una serie de 13 libros, que constan de 13 capítulos cada uno.
9. Se desestima dicho número, al asignar ubicaciones dentro de un avión, en su lugar se pone 12bis.
10. Se omite en las competiciones de Fórmula 1.
11. En la estructura cósmica, la magnitud 13 no se representa sola, sino sumada a la unidad: 12+1=13, y también, a través de sus múltiplos.
12. En el Tarot, este número representa a la Muerte, y significa Cambio: Muerte de algo y nacimiento de otra cosa.
13. Los días martes 13, en España y América Latina, y viernes 13, en los países anglosajones, están considerados como de Mal agüero.

Si a todo esto unimos que, en dicha cábala, confluye además el número 83, que es el número de años, que cumple el dictador Fidel Castro, tenemos que dicha cifra agrega, inclusive, lo siguiente:

OCHENTA Y TRES: Es tragedia, Procesión, Limosnero y Bastón.

Si sumamos la cifra completa, de la fecha actual, o sea, 8-13-9, nos da 30, y eso ofrece como resultado otro número:

 TRES: Es Muerto y Marinero

Como puede verse, todos estos números corroboran la impronta de la Muerte, Cambio, Transformación. Si a ello unimos que el 93, es el año, en que comenzaron a manifestarse las bases de la mutación irreversible cubana, tendríamos este resultado:

NOVENTA Y TRES: Es Revolución (Cambio, Mutación), General, Libertad

Con todo lo anterior, podemos concluir que, si hacemos una interpretación exacta de la Charada China, una de las tradiciones numerológicas más arraigadas y, a la vez acendradas, en el pueblo cubano, tendríamos que, a través de la fecha de nacimiento de Fidel Castro y las connotaciones de estos 83 años de vida, están dadas las condiciones exactas para:

MUERTE

CULMINACIÓN DE LA TRAGEDIA

CAMBIO

LIBERTAD

RENOVACIÓN

ABUNDANCIA

UN NUEVO NACIMIENTO

Ojalá estos números de la Charada corroboren, junto a nuestros sentimientos, el fin de una Era nefasta de nuestra Cuba, y podamos gritar con alegría, una vez más: LIBERTAD! LIBERTAD! Porque ha cesado, igualmente, la dinastía de los Castro, Raúl también, no tan sólo Fidel.

Por eso, cerramos este día de Certeza, Felicidad y Creencia en el Porvenir de nuestro Pueblo y nuestra Isla, con las siguientes Distinciones Internacionales, apoyándome en Alfredo Pong, Disney y algunos otros humoristas, para seguir la bachata de este velorio universal:

Los cambios promovidos por Mariela,

tuvieron enseguida nueva escuela.

 

 

Ellos son los Pinochos SIN-CONCIENCIA,

pues perdieron todas las ESENCIAS.

 

 

Tendrá que promover en solitario,

una ayuda para el pueblo proletario.

 

Deambula entre ellos, aunque expira

muy pronto el pasaporte de Vampira.

 

 

Quisiera descifrar su espejo mágico,

cuanto más se convierte en As-No Trágico.

 

 

Todo un antro de trolles y polillas,

se piensan que nos sacan de casillas.

  

Horadando es una maravilla,

          y esta Alianza, le viene de perilla.        

 

 

 

Lo que ha hecho, no vale ni una onza,

y hablando, puede hacerlo en jerigonza.

 

 

 

HASTA AQUÍ EL ACTA DE DEFUNCIÓN DE MUCHOS VICIOS, QUE TENEMOS QUE ERRADICAR EN LOS NUEVOS TIEMPOS, EN TODOS NUESTROS PAÍSES.

MAFEREFUM, que nos limpien las santeras de La Habana…

JOSÁN CABALLERO

     13 de agosto del 2009.