Josancaballero's News

Por JOSAN CABALLERO.

Tengo el gusto de presentarles MIENTRAS MI MUNDO CAMINA, como editor, amigo y fan de Leisy Alvarez, su primera colección lírica o su edición príncipe, de la manera especial, que ustedes quieran recibirlo. Se encuentra actualmente, vendiéndose por AMAZON.COM, y fue lanzado, en el marco de la XXXIII Feria Internacional del Libro, de Miami.

Aquí están las NOTAS DEL EDITOR, que un servidor escribiera para su poemario, y que ahora, aunque un tanto más escuetas, llegan formando parte del prólogo de su libro, en esta edición de 162 páginas.

NOTAS DEL EDITOR

Encontrar el “don” de la poesía es como un milagro del hombre, en la tierra de Dios: Es como bullir de luz, en magna luz: Recibir y entregar, con viceversas: Hallar la escala de Jacob, por donde los ángeles ascienden y/o descienden, para entregarse al corazón, desde el sitio, en que nos acercamos o desprendemos del amor; si la poesía es más que jubileo y trascendencia; significa también tránsito, pérdida, dolor y recuperación, en pleno trance y tránsito veloz.

La niña que encontró a los ángeles y transitó, con y por ellos (sin decir palabras, sólo apuntando frases, “proverbios libres”, que, hoy, nos revientan en el rostro), es ahora la mujer, que cesa de deambular, por el limbo de los temerosos, aquellos que advierten la luz, pero tienen miedo de subir las escaleras del género humano, para quienes el “áureas mediocritas” es el centro de una vida sin ascenso, donde el hombre aún no ha roto el celofán de su medianía, tan próximo, por su revelación ante Dios y la humanidad.

Leisy Álvarez (La Habana,  1979) nace un año antes del éxodo de Mariel, en medio de la conmoción de dos realidades enfrentadas, que se juntaron en el mar, y estallaron ante nuestros ojos, repentinamente; donde tomar partido te convertía, en víctima o victimario, de un mismo rol, de una isla, en otra orilla, con un mismo corazón: Un país, que reventaba, se desbordaba al revés, y nadie podía contenerlo. Menos, los recién nacidos, cuyo uso de razón entraría, en acción y reacción, poco tiempo después.

Esa niña, arropada mujer, con el agua a cuestas, nos da la prueba de sus primeros hallazgos, en tatuada travesía, por el reino de un “don”, que no se entrega, ni se regala, sino, que se conquista (o hasta arrebata), entre relámpagos de luz, y al filo de un continuo dolor. Su poesía es el resultado de un desprendimiento de su amor a Dios y al prójimo, que es la humanidad, en definitiva. Por eso, la misma Leisys, hala de su cordón umbilical, y lo grita, a los cuatro vientos: “Dios mío, ayúdame: Yo quiero escribir sobre tu palabra, pues tú eres el milagro del hombre.”

Poesía en tránsito, que corrió por las venas de una ciudad a puertas cerradas, frente al mundo, en sintonía con su atracción, pero que Leisy supo confluir, precipitar y decantar, con el profundo arraigo de su sufrimiento, ahora convertido en cuerpo y voz, que es sinónimo de lujuria lírica, musicalidad desenfrenada; metro que se encarrila a la fuerza, por una luz de patria, sin saetas; florecimiento de alas, con espejo propio e infinitas gracias y alineación con Dios: El universo en plenitud, prueba de su desprendido y recuperado amor, a través de exergos bíblicos, que escoltan las siete secciones de un poemario, destilado e iluminado por Dios.

Un poeta en ciernes es un creador, en el preámbulo de su desarrollo, sin embargo, Leisy Álvarez no pudo despuntar, en el panorama editorial de nuestro país, ni siquiera en el gran movimiento de talleres literarios de la isla, a pesar de haberse desenvuelto en la declamación, desde muy niña, y llegar a componer sus poemas iniciales, por esa época, pero esto no le impidió alcanzar sus espacios como bailarina, gracias a las variadas escuelas de danza, en las que tuvo oportunidad de participar, dentro de Cuba, las cuales le permitieron vincularse al panorama artístico de entonces. A la par, la recitación de versos de los más grandes poetas del género le facilitaron el ir conociendo, intuitiva y autodidactamente, cierta preceptiva literaria, para afianzar su reciente cultura poética, y hasta cultivar varias fórmulas estróficas y métricas en su escritura, que tiene la impronta de la lírica repentista campesina, muy arraigada en nuestro país, y de herencia puramente hispánica.

Todo ese desenvolvimiento peculiar, dio lugar a que, de buenas a primeras, sin un plan previo, se diera a la tarea de crear poemas, con una idea unitaria, para formar parte de su libro primigenio, que es el que ahora tenemos en nuestras manos, igualmente a la espera de ser captada por algún agente literario, quien se encargue de llevar a tinta impresa o, al menos, en “ebooks”, la obra fértil de esta singular escritora cubana, que no le teme al tiempo, ni a lo inhóspito del actual camino editorial. Por ahora, el fruto es un “incunable”, muy valioso, para irse abriendo paso, “mientras (su) mundo camina”, por las amplias autopistas de la literatura y la “internet”.

De la propia lectura de su original “sui generis”, se ha desprendido, además, la concepción estructural y el diseño de este poemario, tomando en cuenta una frase del genial Albert Einstein, quien enunció lo siguiente: «Dios no juega a los dados y escribe derecho con letras retorcidas«, cuando “ponía en tela de juicio las concepciones acerca del microuniverso y los postulados de Max Planck”, pero que al pasar, de boca en boca, ha devenido, proverbialmente, en: “Dios escribe recto sobre líneas torcidas”. Y esto ha servido de base, para que, en la fusión artística del libro,  dentro de cada portadilla, aparezca una especie de versos centrales, que explican cada sección, y enmarcan el título de la misma, junto a los exergos extraídos de La Biblia, que abren y dan continuidad “subliminal”, a los capítulos líricos del cuaderno, pero aprovechando también la concepción onírica y espiritual de la autora, cuando dice: “A veces voy a las nubes,/ para mirar desde el cielo…”, en una de las estrofas, que contiene su íntimo poema “Liberación de Fe”. Por lo mismo, la presencia simbólica de alas angelicales y la acertada imagen de la “Victoria Alada de Samotracia”, estatua helénica, descubierta en 1863, por el cónsul francés Charles Champoiseau cuya efigie, según Wikipedia, la Enciclopedia Libre, “se posa sobre la proa de un navío, que actúa de pedestal de la figura femenina”, para sellar el vínculo entre poesía, valentía y femineidad, en amplia síntesis argumental.

La poesía cubana está pariendo hijos, por donde quiera. Es el milagro de la multiplicación. La “diáspora fecunda” penetra, igualmente, las raíces de nuestro gentilicio, y revienta la palabra, en flor, en alas, en savia arrolladora, clorofila y polinización. Somos ya un enjambre de ángeles, con colmenas propias, recibiendo y entregando, nuestra luz al sol. Pululamos por las calles y ciudades del mundo, precipitando luces, para cuidar, guardar y/o preservar la prueba ineludible de nuestro intenso tránsito, por los caminos de Dios.

Poetisa, declamadora, bailarina y actriz, perfilan en Leisy a una verdadera y única activista social, que no se conforma con “transitar” la vida, sino que se permite, como buena madre que es, parir las palabras, amamantarlas, y reunirlas, desde “alguna casa de Dios”, hasta que ellas capten y emprendan, en sí mismas, el sentido y el destino de la luz, que también las engendró.

De ahí que ofrezca y pida ayuda, en magnífica comunión, “mientras (su) mundo camina”, despertando airada, con su “voz de patria”;  ascendiendo a los suyos, mediante “alas propias”; entresacando la soledad sin dolor, para “amar sin saetas”; legitimando sus “gracias de fe”; por esa “bendita linterna”, que le hizo distinguir, clarificar y dulcificar el amor; el cual puede mostrar ahora, como un mágico “destino al espejo”.

Esta es la singular poesía de Leisy Álvarez, que trae la pureza del manantial, que ha de beberse muchas veces, para calmar la sed, pero también, para seguir viviendo, y conociendo la humildad de una mujer, que cultiva los versos, con tal transparencia y sencillez, cual si nos mostrara su propia casa limpia; como si nos hiciera el mejor de sus platos, en la cocina, con sus propios secretos, sazones y condimentos, más allá de estrofas culinarias y elegancias de estilo, altisonantes y/o perfectas.

Disfrutemos de Leisy Álvarez y su poesía de los sentidos, como si bebiéramos del mejor café de nuestro suelo, acriollado, con la pureza de una gitana que enamora, mientras ella misma se entrega en cuerpo y espíritu, dejándonos únicamente la voluntad de ondear, frente a ella, cual bandera, con las palabras a medio leer, y la piel erizada, de tanto placer.

Bienvenida, Leisy Álvarez, al universo de una Poesía, con mayúsculas, que es pura sensación, en atracción!

Inscribimos tu nombre, hoy, 4 de julio, en el pabellón singular de los poetas: Este día inaugural, pero, con dieciséis años de antelación, entraste volando, Leisy Álvarez, cual una “mariposa desterrada”, por una de las puertas de este país de promisión, para posarte en Miami, entre nosotros, y desposarte, con la Poesía, que es la prueba definitiva de tu reciente floración.

José Antonio Gutiérrez Caballero

(JOSAN CABALLERO)

Miami, 4 de julio del 2015:

Día de la Independencia de los Estados Unidos.

Mientras mi mundo camina (Spanish Edition) (Spanish) Paperback – September 30, 2016

Creo que es prudente hacer una presentación de tres poemas, que conforman este entrañable libro de versos, escrito por Leisy Alvarez, para todos nosotros, y que ahora, con la muerte del COMA-ANDANTE, el pasado 25 de noviembre del 2016, se vuelven emblemáticas y contundentemente alegóricas:

MARIPOSAS ERRANTES

Han sido atrapadas tantos años,

sumergidas en mares traicioneros:

Escondidas, por las garras del tirano:

Mariposas desterradas de su cielo:

Muy cruel es la verdad, que las encierra,

a la hora que todas alcen vuelo:

Que siempre prevalezca la santa libertad,

para los sueños más sinceros.

 

Yo me sumo a tantas desterradas,

asomando la verdad de nuestro pueblo:

Desato sus cadenas, con mis alas,

prestando mi valor, ante este duelo:

Derribo los caminos con murallas,

pues Cuba me da fuerzas y el empuje

de ofrecer mi hermandad en la batalla,

para ganar una patria sin embustes.

 

Repudio, con fervor, toda injusticia:

Sufro más, a pesar de estar tan lejos:

Tanto sufre, quien queda por mi patria,

como aquel que un día dejó el suelo:

Ardidos, al sentirnos despojados de una tierra,

que nos quiere y siempre espera,

aunque es triste mirarla en sus pedazos,

añorando festejar sus primaveras.

 

Ya no quiero exilios en mi tierra:

Exijo dignidad para mi gente:

Alegría, que se riegue, cual la hiedra,

cada año, que regrese más ferviente

a mi patria, salvada por instantes de un futuro,

ganado en tierra ajena:

Nada acaba, si sigue el “comandante”,

desmembrando mi país, con su condena.

(De: «VOZ DE PATRIA»)

DANZAR PROFUNDO

Desperté de un sueño hermoso, donde danzaba contigo:

Elemental, presuntuoso, pues no somos más que amigos:

De la ilusión a los pasos, caminamos, sobre el mundo:

Intercambiamos abrazos, para amarnos más profundo.

 

Olvidándonos del tiempo, reclutamos a las nubes;

dando rienda a nuestros sueños: Cierra tus ojos y sube

al umbral de los placeres, donde el tiempo nunca pasa:

Donde exhibes lo que eres, y es mi cuerpo, quien te abraza.

 

Él nos hizo pecadores, y esconderlo es de cobardes:

Vive abierto y sin temores, si el amor es lo que arde:

No hagas caso al qué dirán, y haz que tus besos resbalen:

Suelta, en mí, tu corazón, que el amor es lo que vale.

 

Nos quitamos antifaces, contra la doble moral:

No somos ovejas negras, en un abismo inmortal:

Sin ser mío, te di el sueño, de mi flor en libertad:

Disfrutamos, siendo dueños, entre danzas de humedad.

(De: «AMAR SIN SAETAS»)

REFLEXION A TIEMPO

Del cielo, cenizas llueven, para la gente de pueblo:

Los ricos no se conmueven, al ver tanto desconsuelo:

Unos viven, otros mueren; y algunos viven, muriendo;

anhelando, padeciendo, pidiéndole, a Dios, Consuelo.

 

Si de la tierra salimos; y hacia la tierra nos vamos;

si de la tierra vivimos, tengamos lo que tengamos;

qué tal, si somos lo mismo: Qué tal, si somos hermanos:

Qué tal, si todos morimos: Qué tal, si nos ayudamos.

Hoy miro a mi alrededor, cual gavilán que se asombra,

al niño, al viejo, al pastor, buscando a Dios, en las sombras:

De sus tiempos se han hablado, y el mensaje transmitido:

Junto a todos ha llegado, dando fe a lo prometido.

 

Jesús, su vida ha entregado; y es hora de meditar:

Es tiempo de reflexión, para, al más pobre ayudar;

sin importar condición, y, mediante él, profesar

el poder de la oración, pues la verdad es demostrar,

 

si lo que haces, con amor, quizás pudiera cambiar

alimento a las palabras, que nacen del corazón:

Descubre, si, en tu interior, la fe en Dios, puede mudar

sentimientos y opinión de un pueblo o una nación.

(De: «BENDITA LINTERNA»)

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Casi un año y seis meses después de haberlo editado, igualmente incluyo la reseña biográfica, que también redactara para ese inusual libro de poemas, titulado MIENTRAS MI MUNDO CAMINA, en torno a mi amiga y poetisa Leisy Alvarez:

DATOS DE LA AUTORA

Leisy Álvarez nace el 7 de agosto de 1979, en la Ciudad de la Habana, Cuba. Hija de Beatriz Simón y José Ignacio Álvarez. Desde muy pequeña, tuvo afición por las Bellas Artes, tanto que, con sólo seis años de edad, recita, elocuentemente, el conocido poema “Los Zapaticos de Rosa”, escrito por José Martí, en la escuela Alfredo Miguel Aguayo, al conmemorarse otro aniversario del natalicio del Apóstol. A los siete, empezó a recibir clases de baile, en una Asociación del municipio Santo Suárez, llamada “Los Curros Enríquez”, donde realizó su primera actuación, como bailarina, dentro de una copla española, “Copla de mi España Querida”.

Luego, continuó una rumba flamenca, en uno de los salones del Gran Teatro de la Habana “García Lorca”, a los ocho años. Su amor por la danza fue tal, que, seguidamente, bailó, con la Asociación Española de la Habana Vieja  “Rosalía de Castro”, para, con posterioridad, a los diez, comenzar a estudiar baile español, en otra Asociación, muy famosa por entonces, “La Artística Gallega”, en la cual no sólo recibe clases del género flamenco, sino que pasa un curso de baile nacional asturiano. A la edad de trece, decide perfilarse, como una bailarina más versátil, y emprende el estudio de todos los géneros populares de su país, y hasta los internacionales, en la Academia “Tony Menéndez”, un joven y excelente bailarín y coreógrafo cubano, al cual tuvo el placer de conocer y aprender lo mejor de sus técnicas danzarias.

Desde niña, el baile no sólo llamaba su atención,  sino que también la apasionaba el arte, en su totalidad: Con sus padres y hermanos, se integraba a casas de cultura, visitaba museos, y allí pasaba horas, apreciando las pinturas de reconocidos artistas plásticos cubanos. Entre sus favoritos, Wifredo Lam, con sus abstractos; Tomás Sánchez, y sus paisajes; Mariano, y su singular manera de pintar a las mujeres, entre otros.  En su escuela, su asignatura favorita era el español, y se destacaba siempre, con las narraciones e historias; con poemas y cuentos, hechos por las personas mayores y maestros, por lo que, al recitar sus poesías, cuando niña o adolescente, se sentía como un personaje más, en cada una de ellas; y su mayor ídolo siempre fue y ha sido el Apóstol José Martí.

Al cumplir los catorce años, se abrió una audición, para un concurso internacional, “La Señorita Canaria” (1994), en la Habana Vieja, como un intercambio cultural, entre las islas de Canarias y Cuba, dentro de la Asociación, que estaba localizada, muy cerca de la escuela, en la que Leisy se encontraba estudiando baile español. Fueron buscando candidatas, para participar en el certamen, pero había ciertos requerimientos, para poder lograrlo, y uno de ellos era tener descendencia canaria. De modo que, al desear integrar el cuadro de finalistas, tuvo que darse a la tarea, igualmente, de investigar, en su descendencia genealógica. Como un río, que llega a la vida, para cambiarlo todo, por algo mejor, le fue preciso conocer mucho más, acerca de sus antepasados, y descubrió hermosas e inusitadas historias, de las cuales se siente extremadamente orgullosa, al ser descendiente de grandes mujeres y hombres de la historia cubana.

El más especial de ellos, para sorpresa suya, es que el Apóstol, a quien ama tanto, trae su vida ligada a la de Leisy totalmente, pues, Enriqueta Martín Pérez, hija del hermano de Martí, que, a la vez, deviene en prima hermana de él, tuvo, como hija, a Consuelo Barrenechea Martín, madre de quien es el abuelo de Leisy, José Ramón, de tal manera que esto constituyó un mayor orgullo y alegría, para nuestra poetisa en desarrollo. Con ello, encima de la manga, y sus rasgos españoles perfectos, se lanzó a participar, dentro del concurso, y ganó el primer lugar, a nivel municipal, junto con el hecho de disfrutar esa maravilla, en su árbol genealógico, y perfilarse mejor, en otra rama del arte y el “fashionismo”, a través  del modelaje.

A los quince años, participa en un “casting” de modelaje de disfraces infantiles, interpretando, además, un baile flamenco. Para dicha ocasión, diseñó y configuró uno de los disfraces, empleando los cocimientos de costura de su abuela, lo cual disfrutó muchísimo, al poner a prueba su imaginación e inventiva creativa, con muy escasos recursos.

El 8 de marzo, celebrado como el Día Internacional de la Mujer, fue doblemente bendecida, pues tuvo a su hijo, una de las dos mejores creaciones, que ha tenido a lo largo de su corta vida, lo cual la hizo distanciarse un tiempo del medio artístico, hasta que, el 4 de julio de 1999, casi al cumplir escasos veinte años, y en el mismo Día de la Independencia de los Estados Unidos de América, toca tierras de libertad, para residenciarse, en la ciudad de Miami, la ciudad que ha visto crecer el talento de Leisy Álvarez.

Como todos los emigrantes, que llegan a abrirse paso, en cualquier lugar de esta gran nación, desde su llegada, ha desempeñado muchos tipos de labor, siempre con gran amor, adorando el arte, y dejando innumerables facetas artísticas, en cada lugar, por el que llega y pasa, como mi firma de existencia. Así lo hizo, al decorar en las famosas Tiendas Sears y Macy’s, mientras laboró, en dichos sitios, respectivamente; recitando más de una vez, en los espacios del Bank United, o en el Magic City Casino, donde trabaja actualmente; cantando o bailando en cualquier lugar o momento, pues, la vida, para ella, constituye un libre escenario, para que todos los artistas puedan expresarse a plenitud.

A los veinticuatro años, da a luz a su hija, “su segunda creación”, según sus propias palabras. Al sentir que ambos niños estaban más grandes, y que ya ella podía emprender, nuevamente, el camino de su desarrollo artístico pleno, el 30 de agosto del 2009, comenzó otra década fructífera, en la vida y obra de Leisy Álvarez: Se lanza, con algunos amigos artistas, a los “Viernes Culturales de la Calle 8”, para participar, como parte de un grandioso “Homenaje a los Balseros Cubanos”, quienes perdieron sus vidas, en las travesías del mar. Se le entregó el personaje de “La Mariposa”, representando la Flor Nacional, con alas de palma real, envuelta en la bandera cubana, y secundada, con la pintura de cuatro grandes artistas plásticos de la isla, radicados en Miami: Miguel Franco, Antonio Guerrero, Maikel Zamora, y el escultor Iván Galindo, quien mostró la pieza de un Cristo monumental, que se pintó, con los mismos colores que el vestuario de Leisy, frente al público, en una verdadera acción plástica, de gran sentimiento patriótico e histrionismo peculiar, que representó a la patria, junto a sus símbolos nacionales, cuyo conjunto de colores aludía a la sangre derramada en el mar, y el luto sostenido del pueblo cubano.

En esa oportunidad, también recitó su poesía “Mariposa”, escrita para la ocasión, por lo que se encuentra muy agradecida de que estos grandes artistas la hayan seleccionado para tal homenaje.

El 30 de septiembre del mismo año actuaron otra vez juntos, reponiendo igual tema; y ya la sensibilidad y el arte poético-dramático-danzario de Leisy Álvarez no se contentan con quedarse quietos, sino, ir conquistando, poco a poco, los espacios que le han sido destinados de ganar. Por ello, el 4 de noviembre del 2009, baila flamenco, en otra acción creadora de Antonio Guerrero y Miguel Franco, quienes pintaban, en “Homenaje al Descubrimiento de América”, en vivo, dentro de una hermosa galería de arte cubano español, en Miami. Todas estas etapas de desarrollo, en el arte performántico de Leisy Álvarez, conforman un gran álbum-portafolio de imágenes únicas, que no sólo sirven, para ilustrar su trayectoria artística, sino para conformar un verdadero caleidoscopio, que se inserta, como ilustración de sus mejores versos, en acción plástica y dramática.

Llega el 2010, y consigo, un “Homenaje a Celia Cruz”, junto a ambos artistas, acompañando a Leisy, en una buena rumba, mezclada con guaracha y guaguancó, donde Celia, la reina de la alegría y el orgullo cubano de todos los tiempos, bailaba, ante un público, jubiloso de escuchar sus canciones. De ahí nace, igualmente, su poesía “Reina Cubana”, sobre la famosa cantante, estrenada en esa oportunidad, y que forma parte de su primer poemario.

Pasó varios años, enfocada en la escritura de un libro de versos, que muy pronto verá la tinta impresa, el mayor deseo de Leisy Álvarez. Trabajó muy duro, durante el 2014, volviendo al escenario, en varias ocasiones, con un gran artista cubano, Floyd Heglichs, y el Grupo musical “Los Rumberos”, con quienes tiene el honor de ser invitada a varias actuaciones, en vivo, en el Canal de Televisión NT3, donde baila una rumba, fusionada con tambores y acción plástica del gran Floyd. Esto siempre le ha parecido genial a la artista: “Enseñarle al mundo dicha mezcla de arte cubano, como una flor, que se abre, en diversos pétalos de amor y colorido”.

En el 2014, pero, en la ciudad de Hialeah, y luego, dentro del magnífico espectáculo de “Cuba Nostalgia 2014”, otra vez entran la magia costumbrista y poética de Leisy y Floyd, en una maravillosa fusión de baile con pintura, de cuyo resultado florece la declamación del poema “Llanto en las Almohadas”, frente a sus hermanos, quienes también han colaborado, en acciones dramáticas y plásticas de ambos artistas.

Su poemario, Mientras Mi Mundo Camina, fue escrito, en el lapso del 2009 y el 2015: Seis años de laboriosidad con la poesía y los performances declamatorios, que han complementado un poemario de gran arraigo del tema cubano, la lírica social y romántica, a través de los cuales, Leisy Álvarez ha llegado a escribir más de cien poemas, que son el punto de partida, para la perfilación de un libro de versos, que es el primer resultado de su incursión, dentro de un género literario muy especial, a mitad de camino, entre la declamación, la actuación performántica, la música, las acciones plásticas y la danza popular cubana e internacional, como síntesis exponencial y multidisciplinaria de nuestra cultura tradicional popular hispana, en Miami.

JOSAN CABALLERO.

Es hora de que todo cubano, que se precie de serlo, en este exilio amable y feroz a la vez, adquiera un ejemplar de este poemario ejemplar, agregándolo así, con pleonasmos, pues Leisy Alvarez se merece que cada miembro de esta «diaspora fecunda» tenga en sus manos, y relea, los «proverbios libres» de nuestra cubana fecunda, quien nos ha dejado un ramillete de versos y «mariposas errantes», para que puedan sobrevivir y volar entre nosotros.

José Antonio Gutiérrez Caballero

Miami, 01 de diciembre del 2016.

 

 

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