URÍ, URÍ, URÁ, LA FUENTE SE ROMPIÓ…


   Compulibro    

 El 17 de marzo del 2008 aparecen Las escandalosas artes del plagio de una escritora oficial cubana, en El Nuevo Herald, de Miami, la entrevista que le hace el periodista Wilfredo Cancio a José Antonio Gutiérrez Caballero (Ciudad de La Habana, 1959), sobre su participación como detractor en el mayor escándalo literario que se haya protagonizado en Cuba, durante 1988 y 1989, respectivamente, en torno a los plagios de Alga Marina Elizagaray, la asesora y funcionaria de literatura infantil “más promovida y viajera cultural de todos los tiempos en la Isla”, y que José Antonio descubre que ella copia dolosamente la obra de 36 autores y 44 libros. Aunque muy joven por entonces, este reconocido especialista, realiza dicho estudio en la Biblioteca Nacional “José Martí”, paralelamente a la segunda parte de su investigación La serie literaria infantil cubana de 1858 a 1899, con la que gana el Premio “Razón de Ser” 1988, beca artística del Centro de Promoción Cultural “Alejo Carpentier”, que culmina en los resultados del Libro Segundo de El tesoro encontrado, o La serie literaria infantil de Cuba a Hispanoamérica de 1858 a 1899, además de Ese niño de La Edad de Oro, Premio Especial Ensayo Centenario de La Edad de Oro, entregado por el Ministerio de Cultura de Cuba, en 1989.

Jose Antonio Gutierrez en el ojo del huracan

Luego de año y medio de continuas reuniones, consejos y apelaciones, diatribas con innumerables “dimes-y-diretes”, junto a deliberaciones de todo tipo o enigmas paralizantes, finalmente es reconocido de manera escueta el acto de “latrocinio literario” de Alga Marina Elizagaray, en La Gaceta de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), que a pesar de que la expulsa de sus filas, no da a conocer los motivos de tan dilatado suceso, ni siquiera con el nombre o fragmentos del ensayo de este “guerrero de las letras cubanas” (como si todo hubiera pasado por “arte de magia” y no por el fruto de un estudio acusioso y pormenorizado). Para esa fecha,  José Antonio tiene su texto sobre el tema requete concluido, pero Abel Prieto (antes Presidente de la UNEAC, y luego Ministro de Cultura), quien le prometiera hacerlo, una vez dilucidado el asunto, le comunica, personalmente en ese instante que ”no puede hacerse por ahora”, y hasta se excusa diciendo “que no estaba autorizado para ello”, sin embargo cuando el escritor le presenta su investigación, a instancias del periodista y amigo Froilán Escobar, el propio Abel mira unos cuantos ejemplos del caso y argumenta horrorizado “Qué asco”. La ultima foto de Alga Marina Elizagaray, la autora de los escandalosos plagios que descubre Jose Antonio Gutierrez en 1988, sin embargo, nuevamente es invitada a la XVII Feria del Libro de La Habana, sin importarles los 36 autores y 44 libros que plagio, ni aunque fue expulsada de las filas de la UNEAC en 1989

 José Antonio agrega, por su lado, que tiene interés en publicar estos “escandalosos hallazgos”, por lo que el funcionario le riposta que ambos son miembros de la UNEAC, y que él debe someter estos resultados a una Comisión de Etica, y que solamente así, luego de su dictamen, publicaría Tanto va el cantaro a la fuente: En torno a los plagios de Alga Marina Elizagaray, lo cual traería por consecuencia que uno de los dos sería expulsado de la organización, pues “ese descaro no se podía permitir”, dicho de este modo con palabras textuales. He ahí el mejor ejemplo en el uso de las frases  “deber de” y “tener que”. El joven investigador tuvo que hacer un informe detallado de cada figura de plagio y presentar pruebas contundentes con los textos originales, mucho de los cuales eran ejemplares únicos consultados en la Biblioteca Nacional, a los que Alga Marina también había tenido acceso, en los días en  que se desempeñaba como conductora del taller literario y asesora del Departamento Juvenil, que dirigía por entonces la especialista infantil Wichy Guerra, supervisada por el famoso poeta Eliseo Diego, cuando la mayoría de los intelectuales religiosos, en especial,  los “cristianos” del Grupo poético Orígenes,  fueron, casi gregariamente, recluídos (o al menos, trasladados), a este magnífico recinto cultural para que hicieran sus investigaciones o se mantuvieran activos e informados.

Jose Antonio Gutierrez en la Galeria de Arte Nacional de Venezuela, 2004Sin embargo, bien sabe José Antonio Gutiérrez, desde que leyó las cartas del ilustre José Martí a su amigo Manuel Mercado, cuando dejó de publicar en 1889, por un asunto parecido, su revista fundacional La Edad de Oro, que no es lo mismo tener miedo, que educarse para el miedo, lo cual crea la llamada “autocensura”, y de ese pormenor (o pormayor, mejor dicho) hay muchos ejemplos en la Cuba “revolucionaria” de esas décadas. Imagínense ustedes, si Abel Prieto no tiene facultades para hacer la publicación de los plagios de Alga Marina Elizagaray después de todo aquello, quién podría tenerlas entonces. Acaso el propio Fidel Castro con la mesa redonda en pleno, que en ese momento ni pensaba organizarse?Ahora bien, cualquier lector avizado y suspicaz no se explica el hecho de que si ocurren cosas como éstas entre nosotros, por qué no las divulgamos, en un momento en que el Diario Granma se atreve a editar en su “segunda plana” un artículo sobre los (tan comentados y nada demostrados) “Plagios de Humberto Eco”. Serán cuestiones de política editorial o enigmas del poder cubano? O acaso sea que, de cara al mundo, somos “más papistas que el propio Papa”, en nuestro afán demagógico y de doble moral, pero cuando tenemos que “lavar nuestros trapitos”, pues que éstos se ventilen en la casa, y si es preferible a oscuras, nunca al sol, que en el decir martiano también “tiene manchas”. 

Caleidoscopio de Jose Antonio Gutierrez Caballero

Así, remedando a William Shakespeare, como que “algo podrido huele en La Habana”, y al cabo de mucha “radio-bemba”, tal cual se dice en Cuba, aludiendo a los llamados “comentarios de pasillo”, o en el caso de este suceso increíble, a “las paradas de guagua”, nuestro Josan Caballero deja de ser “el conejillo de Indias” y logra editarlo el 20 de noviembre de 1993, cuando realiza una gira artística por Venezuela, con su Grupo Teatrova de Cuba, dentro de tres números semanales del Suplemento Literario Brujular, del Diario La Hora Cero, que José Antonio coordina, produce y redacta en la Isla de Margarita, bajo el nombre de Tanto va el cántaro a la fuente. El trabajo del periodista Cancio, sobre este asunto, ocupa los titulares de la Sección “Séptimo Día”, en la prensa dominical de Miami, cuyo signo distintivo se hace en el marco de la  XVII Feria del Libro de La Habana, en la que participa Alga Marina, después de veinte años de sus “escandalosas artes del plagio”, que aún no reconoce aquella censura y determinación, argumentando, a estas alturas, que ella ha sido víctima de “vampirismo literario”.

Claro, salvo amigos, personas cercanas y los implicados en el asunto, muy pocos conocen el ensayo completo de José Antonio Gutiérrez Caballero, que nunca ha visto la luz en Cuba, lo cual promueve dobles interpretaciones y hasta opiniones diversas, por eso es que la propia Alga Marina ha aprovechado esta situación, para “manejar” en determinados sectores e instituciones nacionales y extranjeras, durante mucho tiempo, la astuta y enfermiza «coartada” de que ella fue injustamente atacada por un «grupúsculo» de la UNEAC que la quiso apartar del panorama cultural cubano (igual que cuando expone, en su apelación al Consejo Nacional de la UNEAC, que en sus primeros libros «las editoriales les suprimieron las comillas»), como si eso en verdad pudiera ser posible, y sus textos no fueran el remedo de otros muchos autores que también le ocultaron que la leyeron, porque tampoco se dieron cuenta ellos mismos de ser plagiados.

El tesoro encontrado, de Jose Antonio Gutierrez CaballeroEso es lo más tristemente simpático. Ni siquiera ser leído por algunos de aquellos a los cuales has plagiado. Podría asegurar que es todo un Guinnes World Records, no sólo para entrar a formar parte del proverbio general de «cría fama y acuéstate a dormir», sino de uno particular y distintivo, como se diría en este caso: «Cría fama y dedícate a plagiar», razón para que alguien pueda luego comentar sobre esto y le ponga su “San Benito” popular, o el “San Alguita”, del que no se va a poder librar jamás, a partir de ahora. Tanto va el cántaro a la fuente, hasta que te lo rompen muy cerca del rostro.

El sistema gubernamental sórdido es quien aupó y fabricó a Alga Marina Elizagaray, como uno de los tantos “frankenstein” que pululan en esa maquinaria terrible del «riégalo que nos conviene» y por la monstruosidad del «silencio a voces”. Como ella representó en muchísimos lugares al país, cual funcionaria distinguida del Ministerio de Cultura de Cuba que era, además de poder viajar por doquier y hacer numerosas relaciones internacionales, para qué aislarla, si nos hizo mucho bien, y nos puede hacer mejor, conectándonos con el mundo global: eficaz manera de aprovechar sus contactos, para conseguirlos nosotros igualmente. Así piensa y actúa gran parte de la dirigencia militante cubana, atrapada en el status quo nacional, por lo que ahora se la tienen que… tragar.

Paginas centrales de El tesoro encontrado, de Jose Antonio GutierrezAlgunos «amigos y allegados» hasta le han dicho en numerosas ocasiones a José Antonio Gutiérrez, no se sabe si a modo de «jarana» o muy seriamente: «Ay, tony, mi’jo, deja tranquila a esa mujer, déjala vivir». A lo que el escritor agrega, con singular ironía: Y quién me ayuda a vivir a mí. En una sociedad justa, quién cubriría mis honorarios y se encargaría de defender los daños y prejuicios ocasionados a mi mente e intelecto, por tanto tiempo de silencio e ignominia y desesperación, sin argumentación alguna de por qué no publicaron el asunto. Acaso es una burla o un ensañamiento conmigo esa no publicación? Cómo voy a seguir hablando, caminando y escribiendo así, educándome para el miedo, prepárandome para la muerte de mis continuas ideas y convicciones de artista creador, sabiendo que he descubierto algo justo, y cuando me doy cuenta aparezco ante la comidilla de la gente, casi cual anticristo, en un país que se precia como el dador y el paladín de la justicia. Mi asunto no es algo personal con ella, sino precisamente con los que la condicionaron y colocaron tanto tiempo ahí, sin darse, o dándose demasiada cuenta de quién era y lo que hacía; alentadores de este tipo de historias, porque de ese modo se defenestra a los individuos y otros ocupan el lugar de los héroes y los verdaderos profetas. Mientras en Cuba no se haga juicio apretado y se divulguen ensayos como éste (que aunque antiheroicos, son importantes de publicar y reconocer), no habrá verdadera justicia, y seremos un país de intelectuales de bozal; artistas indigentes con cara de buenos, cuando por detrás nos estamos arrancando la tira del pellejo, esperando que alguien nos de un «carguito» o nos invite para el próximo viaje. Jose Antonio Gutierrez CaballeroEllo reafirma la indigencia crítica y la manipulación amañada de la que habló José Martí, en sus apreciaciones de 1893, sobre Herbert Spencer, el socialista utópico, donde nos dejaba cimentado, para las nuevas generaciones, la inolvidable alerta de que en el socialismo dejamos de ser siervo de un señor, para convertirnos en siervo del estado. 

 Parafraseando ese otro viejo refrán callejero: «Los funcionarios en Cuba pasan, y hasta se turnan o caen en jaque mate, como un siniestro juego de ajedrez que les propone el régimen, jugado por sabes Quien, pero sus desastres y secuelas quedan». Eso es lo que combato yo, la tendencia y la indecencia de no decir ni atacar nada, la neutralidad oprobiosa de ser tendencioso por saber y no decir, del mismo modo que por callar y a la vez otorgar. Sin debate no hay un verdadero país, y viceversa. Sin justicia no hay tampoco verdadera literatura, ni debate, ni nada. Y en qué ámbito situamos los plagios, sus hallazgos y posteriores publicaciones? Por ahora, basta ya de escuchar la frase carcomida de que el escritor no es un político, ni un ideológo. Es cierto, en última instancia, no lo es. Pero el escritor, y más el investigador, es un ser social, que como tal vive, piensa, padece, escribe y expresa su realidad en última instancia. Existe, luego piensa, contradiciendo el «Cogito, ergo sum», del célebre y existencialista Descartes.

Como estamos en el campo de las últimas instancias y circunstancias científico-literarias o económicas, nos expresamos a través de ideas e ideologemas, no lo duden. El debate es lógico y necesario en cualquier circunstancia, aunque un gobierno, un gabinete o un autor se opongan a ello, y a ellos. La veracidad histórica y la investigación objetiva de los hechos muestran la realidad y la naturaleza tal cual es (De rerum natura), hasta superar la propia obra. Nada hay nuevo bajo el sol, pero nada tampoco se puede ocultar mucho tiempo. No hay crimen perfecto ni estratagema inacabada. Las mejores «coartadas», aunque sean hundidas en el más abrumador silencio de los libros, siempre serán descubiertas. Nadie es infalible ni perfecto, pero se ha dicho infinidad de veces que, hay quienes tienen también dentro de sí mismos el valor de muchos hombres. Sepan igualmente aquellos confesos, que por ocultar sus miedos no son instrumentos de un poder. Los que se esconden o disfrazan lo que piensan, puede que no lleguen a ser buenos escritores, pero sí buenos funcionarios y/o políticos. No son todos los que están, ni están todos los que son. Claro que toda regla tiene sus excepciones y sanciones. Nadie es revolucionario o disidente hasta que te demuestran lo contrario. Perro que ladra, lo muerden. Este es mi testamento o mi tendencia a estas alturas. No lo olviden.

Nostalgia de Jose Antonio Gutierrez Caballero

 Cuba  

SEPTIMO DIA

Publicado el domingo 17 de febrero del 2008

LAS ESCANDALOSAS ARTES DEL PLAGIO

 DE UNA ESCRITORA OFICIAL CUBANA

 

 

WILFREDO CANCIO ISLA

El Nuevo Herald  

 

Jose Antonio Gutierrez en El Nuevo Herald en febrero del 2008

ROBERTO KOLTUN. Cazador de plagios.

El poeta y ensayista Jose Antonio Gutierrez,

residente en Miami, muestra su libro El tesoro encontrado.

Veinte años después de protagonizar el mayor escándalo por plagio literario en la historia cubana contemporánea, la autora de libros infantiles Alga Marina Elizagaray está de vuelta en la vida pública como si el recuerdo de sus apropiaciones textuales se hubiera esfumado. Elizagaray, de 72 años, participa estos días en las actividades de la XVII Feria Internacional del Libro de La Habana, donde presentará su título Se hace camino al leer, publicado por la Editorial Oriente, y hablará en un panel sobre literatura infantil. La ex funcionaria y prolífica autora parece renacer de sus propias ruinas intelectuales con el respaldo de las instituciones oficiales, como si nada hubiese ocurrido con su nombre y conducta.

La memoria ha quedado en la trastienda del Ministerio de Cultura y la Unión de Escritores de Artistas de Cuba (UNEAC), entidades promotoras de la feria habanera que ahora catapulta a Elizagaray como prominente escritora de textos infantiles. Fue precisamente el Consejo Nacional de la UNEAC el que emitió un fallo en 1989 confirmando la expulsión definitiva de Elizagaray del organismo por «utilización inescrupulosa de textos ajenos en buena parte de su obra publicada». La nota de la UNEAC, aparecida en La Gaceta de Cuba, daba cuenta de que la decisión se ratificó después de la intervención de una Comisión de Etica y del Ejecutivo de la asociación, que investigaron exhaustivamente las alegaciones presentadas en su contra y acordaron «la separación de la mencionada escritora al comprobarse la veracidad de los hechos imputados». Los sucesos se remontan a julio de 1988, cuando el poeta e investigador literario José Antonio Gutiérrez presentó a la dirección de la UNEAC un documento con abrumadora evidencia de que toda la obra escrita de Elizagaray era un calco de reconocidos escritores cubanos y extranjeros. La pesquisa de Gutiérrez arrojó que la autora había incorporado en sus escritos textos casi idénticos de 44 libros y 36 autores, entre ellos los narradores y estudiosos del folclor afrocubano Ramón Guirao (1908-1949) y Lydia Cabrera (1899-1991). El estudio de Gutiérrez se sustentó fundamentalmente en los plagios a los cuentos de Guirao y Cabrera, quien marchó al exilio en 1960 y vivió en Miami hasta su muerte. »Era un caso sin escapatoria posible», recordó Gutiérrez, que reside en Miami desde el 2006. «Cuando le llevé el informe al entonces presidente de la UNEAC, Abel Prieto [hoy Ministro de Cultura y miembro del Buró Político], dijo que era algo que daba asco». Elizagaray se defendió diciendo que había sido »víctima del vampirismo de un grupúsculo de la UNEAC», pero las pruebas fueron contundentes. 

Primera parte del articulo sobre los plagios de El Nuevo Herald

Tras casi un año de análisis interno en la UNEAC, incluyendo las valoraciones de una comisión de especialistas que acogió la apelación de Elizagaray, se decidió separarla de la entidad en junio de 1989.

Gutiérrez dice que le prometieron publicar su trabajo investigativo, pero finalmente se engavetó en medio de gran oposición de figuras como la ensayista Graziella Pogolotti, vicepresidenta de la UNEAC, y el escritor Miguel Barnet, quien temía que Cabrera pudiera demandar a las editoriales cubanas. El Monte, obra capital de Cabrera, se editó en Cuba sin su consentimiento en 1989.

Algunos de los ejemplos contrastados por Gutiérrez hablan elocuentemente de los estragos literarios de Elizagaray. El fragmento que sigue es una »recreación» del folclor para niños, aparecido en su libro Fábulas cubanas (1985):

Era una Oreja que había venido a menos. Una Oreja muy pobre y de contra tan apegada a tambores, guitarras, maracas, tambores y toda clase de instrumentos musicales, que se olvidaba de vender a buen precio la cerilla. Los comentarios entre sus amistades eran siempre los mismos: que la Oreja en el bembé, que la Oreja en las rumbantelas, que la Oreja en la fiesta de Ochá…Bueno, para no cansarles, el caso es que esta Oreja estaba siempre dondequiera que hubiera alboroto y tiroriro. Y mientras tanto… la Oreja iba debiendo tres meses del alquiler de su casa. 

En el original de La Oreja y el Mosquito, incluido en el volumen Cuentos Negros de Cuba, inicialmente publicado por Cabrera en París en 1936 y reeditado en La Habana en 1961, reza:

Era una Oreja que había venido a menos. Una Oreja muy pobre y de contra tan prendada de tambores, guitarras, timbales, guayos y maracas, que se olvidaba de vender a buen precio su cerilla. O dándosela a crédito a alguna beata de su parroquia para la lamparilla de sus Santos, no se acordaba luego de cobrarla. Que la Oreja en el bembé, la Oreja en la fiesta de Ocha, la Oreja en las rumbantelas, la Oreja en las Claves –dondequiera que había tiroriro y… la Oreja iba debiendo tres meses de alquiler de casa.

Elizagaray se »inspiró» también en varios de los más notables cuentos afrocubanos de Guirao, como Obatalá y Orula, que la autora titula como Orula miente y no miente, que parafrasea a partir de otro relato original de Cabrera (Obbara miente y no miente). Este es el texto de Elizagaray:

Hacía mucho tiempo que el gran Obatalá, rey de reyes, venía observando que Orula tenía mucha imaginación… En más de una ocasión pensó entregarle el mando del mundo, pero cuando reflexionaba detenidamente su propósito desistía, porque consideraba que Orula era demasiado joven para una misión de tanta importancia, a pesar del buen juicio y de la seriedad de sus palabras y actos, un día, el gran Obatalá quiso saber si Orula era tan listo como parecía y le ordenó: 

–Prepárame la mejor comida que puedas imaginarte.

Así aparece en el original de Guirao, en Cuentos y leyendas negras de Cuba (1942):

Hacía mucho tiempo que Obatalá venía observando lo imaginativo que era Orula… En más de una ocasión, pensó entregarle el mando del mundo, pero cuando reflexionaba detenidamente su propósito desistía, porque Orula era demasiado joven para una misión de tanta importancia, a pesar del buen juicio y seriedad de todos sus actos. Un día, Obatalá quiso saber si Orula era tan capaz como aparentaba, y le ordenó que preparara la mejor comida que se pudiera hacer.

Imposibilitado de publicar sus denuncias en Cuba, Gutiérrez decidió presentar las conclusiones del caso en el magazine cultural venezolano La Hora O, a fines de 1993. Para esa fecha, Elizagaray comenzaba a reinventar su trayectoria literaria como personalidad invitada al I Coloquio Internacional de Literatura Infantil, efectuado en Caracas, Venezuela, del 5 al 9 de octubre de 1993.

Segunda parte del articulo sobre los plagios de El Nuevo Herald

Gutiérrez había sido inicialmente invitado al evento, pero por razones desconocidas el pasaje nunca le llegó a la Isla Margarita, donde se encontraba con una gira artística. El escritor residió en Venezuela 13 años antes de venir a Estados Unidos.

La copiosa bibliografía producida por Elizagaray no se ha editado sólo en Cuba, sino que figura en los catálogos de editoriales europeas y latinoamericanas desde finales de los años 70. Su título Fábulas Cubanas, con narraciones apropiadas de Guirao y Cabrera, se publicó por la casa checa Mlade Leta en 1979 como Zazracay (El prodigioso montecillo Mambiala) y en 1988 apareció en una edición mexicana como Fábulas del Caribe.

Justamente el libro que se presentó este sábado en la Feria del Libro de La Habana, Se hace camino al leer, ya había sido publicado en Venezuela en el 2005 y contiene varios textos copiados del volumen Tres siglos de literatura infantil europea (1982), de Bettina Hurlimann.

Gutiérrez considera que la actitud plagiaria de Elizagaray descubre a una persona desenfrenada, como quien padece una patología.

»Es algo patético», dijo Gutiérrez, de 49 años. «Avanzando en la pesquisa nos percatamos de que no sólo se apropiaba de los textos de autores reconocidos, sino que también copiaba textos de las revistas Sputnik y Literatura Soviética, cuentos inéditos de participantes en concursos, actas de los jurados, en fin, una verdadera enfermedad».

La carrera de Elizagaray en el ámbito de la literatura infantil fue meteórica. De profesora de segunda enseñanza en los albores de la revolución de Fidel Castro, pasó a figurar en 1967 como investigadora de literatura juvenil en la Biblioteca Nacional José Martí y poco después ganó un premio nacional de ensayo por el libro En torno a la literatura infantil (1974), que contiene múltiples plagios de obras literarias ajenas.

Para los años 80, Elizagaray era no sólo una escritora pertinaz, sino que había asumido además el papel de funcionaria como asesora principal del Ministerio de Cultura para la literatura infantil. Su palabra era escuchada por todas las editoriales de libros para niños y jóvenes en el país, además de figurar como consejera del tema ante la UNESCO y dirigir el Comité Cubano de la YBBY, organismo internacional para la promoción del libro infantil.

Sólo en seis meses de 1988 –año del escándalo– había viajado al extranjero en 27 ocasiones.

Su regreso a los primeros planos de la vida cultural cubana parece un hecho. El miércoles se le vio en el grupo de personalidades y funcionarios que rodearon al gobernante interino Raúl Castro durante la inauguración de la Feria del Libro en la fortaleza de La Cabaña.

«La gente quiere olvidar eso, son síntomas de los tiempos que corren en este país», comentó desde La Habana un escritor y ex funcionario de la UNEAC. «Todo el mundo sabe lo que pasó, pero nadie quiere seguir esa batalla».

Pero Gutiérrez cree que se trata de un acto deshonroso.

»Ella no ha sido más que una funcionaria ligada al status quo del régimen», aseveró Gutiérrez. «No habrá justicia plena hasta que Cuba no reconozca públicamente que Alga Marina Elizagaray es un falso valor que hizo su obra plagiando a Lydia Cabrera y a todo el mundo».

La Balanza de la Justicia de Libra

Tercera parte del articulo sobre los plagios de El Nuevo Herald

Guerrero de las letras

 

13 respuestas to “URÍ, URÍ, URÁ, LA FUENTE SE ROMPIÓ…”

  1. Lourdes Cazola Says:

    Este caso me parece increible, que haya ocurrido en Cuba hace tanto tiempo y no se le haya dado la correspondiente publicidad, siendo un pais que se precia de justo y transparente, por eso agradezco haber leido y consultado todo este material, pues me permitio no solo saber sobre la evidente manipulacion de los medios culturales y de prensa en la Isla, sino como se abre paso el talento y la investigacion por encima de las trabas y manejos de un regimen totalitario, que cierra las puertas de la verdad cuando amenazan su aparente equilibrio y el status quo institucional. Creo que el trabajo de Jose Antonio Gutierrez es minucioso y detallado, para permitirnos revisar, como si fueramos detectives, la paranoia enfermiza de esta cubana que no merece integrar las filas de nuestros escritores reconocidos, sino, como decia alguien muy conocido entre nosotros, debia mas bien ir «al basurero de la historia». Agradezco mucho haber encontrado este magnifico blog de Josan Caballero, que me ilustra, a la vez que me ensena como deben hacerse las cosas en cualquier lugar que estemos, para andar con pies de plomo y no permitir que nos desaparezcan los sueños y las esperanzas de lograr un futuro mejor para todos. Como puede pasar que habiendo sido expulsada esa tal Alga Marina, que tiene un nombre como salido de un mal libro escrito sobre el mar de las tinieblas, ahora la vemos desfilar nuevamente entre los escritores connotados del pais, y que ellos permitan esto al igual que las autoridades culturales y politicas cubanas. Ahi hay gato encerrado, o dirigente escondido apoyandola, porque quien se traga el cuento de que a estas alturas pueda ella estarse por ahi pavoneando en las ferias con sus libros plagiados como si nada hubiera pasado o la justicia en nuestro pais hubiera sido en balde, y nunca nos hubieramos liberado de situaciones tan absurdas como esta. Tiene que ser una enferma o una desfachatada, porque si alguien lee una cosa asi, como se plantea en el articulo, lo que da es «asco» y rechazo total. Yo apoyo al investigador, y si tiene que recibir mi voto de valentia, tambien se lo doy, para el tribunal y la revista que sea, porque lo que tuvo que vivir es inaudito y casi una pesadilla que no parece extraida de la realidad cubana de nuestros dias.

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  2. Robert Conrad Says:

    No me sorprende que este tipo de situaciones se den en la mencionada isla donde lamentablemente para alcanzar un puesto basta y sobra con estar del lado del régimen, ahora bien esta situación tan asquerosa (…Un Plagio, y de esa envergadura) no debería ser convalidada por ningún ser humano que se precie de tener dignidad y que tenga un mínimo de principios y valores. Pienso que todo régimen totalitario está rodeado de personas que no tienen los meritos necesarios para ocupar determinados puestos, o hacer la historia como es, y no torcida o tergiversada como se la exigen a un personaje como este otro que representa la tal mencionada Alga Marina. Recuerdo que para la fecha que fue publicado este articulo, Febrero del 2008, yo estaba en Miami y lo leí y relei varias veces, sin conocer la historia totalmente; reconozco que sentí un absoluto asco. Por eso Señor Josan Caballero lo ¡Felicito! porque para atreverse a sacar a la palestra publica un tema de estos hay que ser muy valiente y tener mucho talento para no obviar ninguno de los pasos que siguio en su brillante investigacion. Excelente su trabajo, y me gustaria que tuviera mayor divulgacion el mismo, pues ayudaria a evitar que se cometan tantas injusticias como las que hay en muchos lugares del planeta sobre este y otros muchos asuntos. En el mundo deberíamos tener más personas como usted que se atrevan a luchar por la justicia y nos hagan valorar que no debemos callarnos ante nada y tampoco amilanarnos con los que pretenden, primero robarnos y luego desafiarnos, para cortarnos la inspiracion y nuestra palabra que es futuro en el universo de nosotros los lectores, quienes creemos en lo que nos ofrecen los escritores y los que investigan, mientras que hay algunos que pueden pasarnos gato por liebre. Me alegro que esta liebre logro ser cazada como una rata muy bien y felizmente para la historia de su pais y de cualquiera de nosotros. Me acuerdo que tambien el articulo de El nuevo herald vi que fue muy comentado por muchos y en la web ocupo los primeros lugares porque la gente reacciono como debe ser ante un hecho tan deplorable, ya que pone en duda a todo el mundo, que como en Venezuela nos damos cuenta de la demagogia y la doble moral de estos paises totalitarios y de sus dirigentes y funcionarios, que era lo que en verdad era la tal Elizagaray, una verdadera astuta con las letras, y valga que la fuente se la rompieron en sus narices, aunque ahora se la quieran componer. Aunque lo intenten, ya esta todo dicho y hecho. No podran, tenemos que pronunciarnos ahora los lectores, para que no aparezca mas por estos sitios; que dios lo bendiga Josan Caballero. Saludos, Robert.

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  3. Creo que es muy halagador para mí encontrarme con comentarios tan agudos y explícitos en mi blog, por cuanto ese es el propósito del mismo, incentivarles el espíritu de investigación, de crítica y autocrítica, sobre todo para sentar las bases de un mejor estudio de quienes somos en tanto gentilicio e idiosincrasia, dentro de esta Babel de las nacionalidades, que es verdaderamente Miami. Todas las sugerencias y aportes que aparezcan en sus acercamientos al Blog, por supuesto que aparecerán conjuntamente con sus propuestas de acción y atención, respecto a determinado aspecto que nos digan o incluyan en esta mesa de la concordia y el sano debate colectivo. También quisiera convertirme en portavoz, no en traductor de sus ideas y logros, pues lo que me gustaría es que nos integráramos aquí en un único y ameno banquete literario, en que degustáramos el universo de alimentos conocidos y por conocer en nuestros diferentes ámbitos político-sociales, junto al hecho de compartir la vida multicultural en comunidad, cual un mosaico o rompecabezas que armamos entre todos, con las piezas que cada uno ha logrado conquistar y defender para regocijo y beneplácito de los demás. De veras que estoy muy complacido, pues veo y siento que este blog ha tenido una respuesta adecuada y positiva en el poco tiempo que lleva condicionando un espacio plural para el consumo y el abastecimiento espiritual de todos los hispanos que se adentren en su magia sin presiones, distinciones, intolerancias ni fronteras. Otra vez agradecido y en marcha con ustedes, JosAn Caballero.

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  4. Gianpietro Cazzago Says:

    Gracias, JOSÉ, por la página dedicada a mí, seguiremos creando, inventando, imaginando y amando nuestros dones. UN ABRAZO, PIERO.

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  5. Pues que no sabía nada de esto… Increíble, y aquí en Francia nadie ha hablado de nada… Tremendo trabajo, merece que salga a la luz y rápido. UN abrazo Josan.

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  6. El siguiente texto es del poeta Crestus Garabátulus:

    «Un día el Rey Zoquete, señor del Reino de la Calceta, observó que el Joven Mediojo aun parecía no estar lo suficientemente maduro, para asumir deberes de mayor importancia en el Reino. Entonces, para probar las habilidades de Mediojo, le pidió lo siguiente: «Hijo mío, quiero que me prepares una cazuela de piojo desplumado; si logras complacerme, separaré el ‘pio’ del ‘jo’ y te lo pondré, para que dejen de llamarte to…».

    Este otro texto, es de un tal Iván Ramos Castro:
    «Cierto día, el Rey Calceta, señor del reino de Zoquetelandia observó que el joven Mediojo parecía no estar lo suficientemente preparado, para escalar deberes de mayor rango, en la administración del Reino. Entonces decidió probarlo, encomendándole la siguiente tarea: «Muchacho, quiero que me prepares un guiso de piojo desplumado; si me complaces, le haré extraer el ‘ojo’ del ‘pi’ y te lo implantaré, para que nadie más te siga llamando tuerto».

    Créanme que uno de estos dos autores se copian, o ambos copian a quién se le cruce. Entonces, sólo son simples escribanos del sistema, a régimen de su Majestad del Reino de la Calceta o de Zoquetelandia.
    Pobre Mediojo, condenado a guisar, por encargo, para complacer a un viejo Rey, quien lo premiará con un ojo de insecto, no para que complete su visión del mundo, sino, por un afan puramente estético, para el goce de su Majestad. Imagínate Josán, – ¿qué se puede esperar entonces de una polilla?

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    • Qué bueno eres, Iván, sencillamente increíble y super original, bueno, tú sabes como son los ácaros, piojos, polillas y ladillas de mi rey-no, por eso, me encanta lo que escribes, amigo, y tanto tú, como Crestus Garabatolus sois bienvenidos al blog de Josán Caballero, y tienen pase directo, con mesa sueca, y cama incluida, ya que son grandes literatos y conocedores de los artefactos y especímenes que pululan por todos estos rei-nos del nunca serás o llegarás a Ver-nada de Ser-ca, un abrazo, espero tu artículo ensayito serio sobre TANTO VA EL CÁNTARO A LA FUENTE, eres, sois geniales, tú y tu apócrifo creador, los saluda, Josán Caballero.

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  7. Just curious, what wordpress theme are you using as it appearance cool?

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  8. Donovan Hellard

             El 17 de marzo del 2008 aparecen Las escandalosas artes del plagio de una escritora oficial cubana, en El Nuevo Herald, de Miami, la entrevista que le hace el periodista Wilfredo Cancio a José Antonio Gutiérrez Caballero (Ciudad de L…

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  9. sneaker proxies

             El 17 de marzo del 2008 aparecen Las escandalosas artes del plagio de una escritora oficial cubana, en El Nuevo Herald, de Miami, la entrevista que le hace el periodista Wilfredo Cancio a José Antonio Gutiérrez Caballero (Ciudad de L…

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  10. vicla23 Says:

    WILFREDO CANCIO ISLA, un destacado periodista cubano en Miami, que desde la Isla conocía al investigador y poeta Josan Caballero, es quien elige las preguntas, para dar a conocer, dentro de «El Nuevo Herald», en el Sur de La Florida, el 17 de febrero del 2008, los hechos del plagio descarado de Alga Marina Elizagaray, 20 años después de protagonizar el mayor escándalo por latrocinio en la Cuba contemporánea, quien, sin tomar en cuenta lo que le había sucedido hacía dos décadas, presentó, con el arbitrio del estado cubano, durante las actividades de la XVII Feria Internacional del Libro, en La Habana, un libro, con el título «Se hace camino al leer», publicado por la Editorial Oriente.

    Es importante destacar esto, porque, José Antonio Gutiérrez Caballero, nuestro actual amigo y bloguero Josan Caballero, fue quien descubrió todos estos plagios de Alga Marina Elizagaray, y los presentó, ante el Presidente de la UNEAC, que era entonces Abel Prieto, y este señor, como era de esperar, designó una Comisión de Etica, que a tal efecto, estudió el trabajo concienzudo del entonces Premio de Investigación «Razón de Ser», del Centro Alejo Carpentier 1988, para dictaminar la realidad y veracidad de aquel indescriptible hecho de plagio monumental, el 1 de julio de 1988, lo cual concluyó, con la reunión dilatada de dicha Comisión, durante varias semanas consecutivas, hasta su primer dictamen, el 17 de septiembre de 1988, y la posterior decisión del Ejecutivo en Pleno de la UNEAC, luego de un año de «consideraciones y miramientos», en el Consejo Nacional de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, que aprobó su separación definitiva, el 7 de junio de 1989.

    En su artículo, «URÍ, URÍ, URÁ, LA FUENTE SE ROMPIÓ…», el actual poeta e investigador Josan Caballero, quien realizó durante medio año su trabajo de rastreo y análisis, en la biblioteca José Martí, en el marco de su investigación premiada, «LA SERIE LITERARIA INFANTIL DE CUBA A HISPANOAMERICA ENTRE 1858 Y 1899», fue quien descubrió y detalló, de forma inapelable, la falsificación de textos en los libros de Alga Marina Elizagaray, de hasta 44 títulos y 36 autores, que, en realidad, fueron recogidos en un ensayo pormenorizado, llamado «TANTO VA EL CANTARO A LA FUENTE», y que funcionó, como texto explícito, para demostrar, ante la UNEAC, los diferentes casos y figuras de plagio, cometidos por la persona citada anteriormente, en este párrafo.

    A pesar de la contundencia y la grotesca forma, en que fueron plagiados, tantos textos y tantos creadores (Un insulto y una vergüenza contra el arte y la literatura mundial!!!), este proceso duró casi dos años en esclarecerse, hasta que se dictaminó, que todo lo presentado por el Lic. en Filología y periodista, Miembro de la UNEAC, era contundentemente cierto, sólo se publicó una Nota de su Ejecutivo Nacional, explicando la expulsión de Alga Marina de la UNEAC, pero nunca se editó en Cuba, el ensayo de José Antonio Gutiérrez Caballero, que era la base de su denuncia, por lo que tuvo que esperar tres años, al realizar una gira artística, por la Isla de Margarita, en Venezuela, en marzo de 1993, y además, crear en «La Hora 0», el Suplemento Literario «BRUJULAR», para ver publicados, en tres páginas centrales, el contenido de esta larga e irrefutable investigación, bajo el título «TANTO VA EL CANTARO A LA FUENTE»…Invetigación que, a pesar de haberse dado a conocer en Venezuela, nunca ha sido publicada en su país de origen, debido a la gran censura y la manera apañada de los organismos culturales de poder en Cuba, quienes aún habiéndose editado, 20 años después, en Miami, por «EL NUEVO HERALD», aún la mantienen, como si fuera un caso aislado, que no hay que dar a conocer, sin mayores intríngulis…

    Además de la prepotente ignominia de los organismos culturales del Estado cubano, con el señor Josan Caballero, pues la Señora Elizagaray actuaba y actúa de nuevo, con absoluta impunidad, a sabiendas o no, de los estamentos artísticos del régimen castrista, de aquel y este momento.

    Abel Prieto, que fungía como presidente de la «UNEAC», en aquellos momentos, cuando el periodista Josan Caballero le presentó el texto de sus investigaciones, a instancias del periodista y amigo Froilán Escobar, fue quien miró unos cuantos ejemplos del caso y argumentó, horrorizado «Qué asco»,
    y él mismo se encargó de crear y reunir la citada Comisión de Etica, pero más tarde, un año después, tras el dictamen del Consejo Nacional, se reunió con José Antonio Gutiérrez Caballero, que ahora usa el seudónimo de Josan Caballero, y le comentó, oficialmente, que «no podía publicar el ensayo de los plagios, porque era vergonzoso y desestabilizador» (muchos directivos de la UNEAC, aunque sabían ya del ensayo, y leyeron la contundente demostración, no lo querían ver publicado, entre ellos Graciela Pogolotti…)

    Alga Marina Elizagaray fue apartada de la UNEAC, y fue comunicado nacionalmente, de forma breve, y hasta, con discreción periodística, por la prensa cubana; Pero no se explicaron los motivos de dicho cese, y aunque la «jubilaron», con tan sólo 51 años (en Cuba se jubila alguien a los 54 años), la tal señora, continuó viajando, asistiendo a eventos culturales, dando ponencias y demás!!! Sin dudas, la señora Alga Marina, no es la principal culpable de este escándalo, sino la corrupción de un régimen, que propició y alentó, que cosas como esta pudieran pasar!!!

    El que lea este magnífico artículo del Señor Caballero, puede buscar también, sobre este reconocido plagio, en el artículo «ENTRE ÁCAROS Y POLILLAS NO TE VEAS, CARLOS ALBERTO MONTANER…», que se encuentra, entre otros artículos de gran interés sobre este tema, y verán cémo ciertos personajes afines al régimen castrista, pudieron medrar, gracias a favorecer los intereses del régimen, y dejándose guiar, por las jerarquías superiores, para presumiblemente obtener sus favores (El caso de la persona que se hace llamar «La Polilla Cubana» a la que denuncia Josan Caballero, en el artículo antes citado, es un buen ejemplo de ello)…

    Pero, volviendo al tema, que es objeto de mi comentario, expresaré mi indignación por este caso, y cámo la Señora Elizagaray, pudo tener la desfachatez, de decir, en su refutación y defensa sobre el pormenor en que fue implicada, que «las editoriales le habían quitado (o borrado) las comillas». Cito textualmente del artículo, «URÍ, URÍ, URÁ, LA FUENTE SE ROMPIÓ… Sin embargo, bien sabe José Antonio Gutiérrez Caballero, desde que leyó las cartas del ilustre José Martí, a su amigo Manuel Mercado, cuando dejó de publicar, en 1889, por un asunto parecido, su revista fundacional «La Edad de Oro», lo cual crea la llamada “autocensura”, y de ese pormenor (o por mayor, mejor dicho) hay muchos ejemplos en la Cuba “revolucionaria” de esas décadas, en donde se fomenta el latrocinio y la malversación, hasta de fondos públicos literarios. Increíble, verdad? Pues así fue, y parece que sigue siendo, ya que cuando Josan Caballero comenta sobnre el asunto, con conocimiento de causa y efecto, algunos le dicen: «Ay, deja tranquila a esa señora, no la dejas ni vivir». Y él les responde: «Y quién me deja vivir a mí». Porque nunca más, después de eso han publicado nada en Cuba, de José Antonio Gutiérrez Caballero. Qué ignominia!

    Transcribo textualmente del mismo artículo, que Alga Marina usa, internacionalmente, su acusación y demostración de los plagiois, como que ella «es víctima de un ‘grupúsculo’ de la UNEAC, que la quiso apartar del panorama cultural cubano (igual que cuando expone, en su apelación al Consejo Nacional de la UNEAC, que en sus primeros libros “las editoriales les suprimieron las comillas”…) Causa risa y gracia que diga esto, la verdad…. jajaja y no se quejaba…no presentaba las correspondientes demandas, y si le suprimen las comillas, por qué en los textos que plagia, cambia algunas palabras o frases, y suprime otras… Realmente, es grotesco argumentar este tipo de excusas, tan ridículas, que ni un estudiante de preparatoria, un poco avezado, se atrevería a esgrimir!!!

    Ahora voy a la última parte de mi comentario, la que me merece mayor indignación. Cómo puede ser que un poeta, ilustre escritor cubano, con varios y prestigiosos premios literarios, recibidos en su país de origen (también ha conseguido premios literarios en España, Venezuela, México y Estados Unidos, y creo que en algún que otro país) después de un año y medio de estar consultando y trabajando, en la Biblioteca Nacional cubana, con autorización, para ello, de la viuda de «Alejo Carpentier», del que acababa de ganar el premio que lleva su nombre, no se publique ni reconozca su trabajo alterno de investigación sobre los plagios de Alga Marina Elizagaray, en pro de la verdad, de su denuncia contra el latrocinio cultural de su país, y al contrario, se le critique ignominiosamente, por algunos personajillos, adictos al régimen totalitario, imperante en Cuba, por decir la verdad de cómo piensa, por no aceptar ser doblegado a los intereses culturales del régimen castrista («La Polilla Cubana», por ejemplo, es un caso, que antes eran muy amigos y colaboradores. Léase el artículo irónico y mordaz, que escribe el Sr. Caballero, dentro de este blog personal www,josancaballero.news, antes citado aquí.

    Josan Caballero es un extraordinario poeta, además de haber ejercido como articulista, editor, investigador, periodista, y que desde luego, no va a dejar nunca de decir lo que piensa, pésele a quien le pese. Era muy joven, cuando se silenció todo este asunto, por la censura en Cuba, pero espero que el tiempo le haga justicia, y se sepa valorar todo su trabajo, como su aportación al mundo de la literatura y la investigación universal. Adelante, Josan Caballero, que la fuente, a pesar de los «Urí Urá», ya se rompió, y Alga Marina Elizagaray es un fósil de los castristas, que hace ya tiempo caducó…

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  11. vicla23 Says:

    Como continuación a mi comentario, en este artículo, «URÍ, URÍ, URÁ, LA FUENTE SE ROMPIO, de José Antonio Gutiérrez Caballero», quien acababa de ganar el premio “Razón de Ser”, del Centro Alejo Carpentier 1988. e hizo, durante medio año, su trabajo de rastreo y análisis, en la Biblioteca Nacional José Martí, en el marco de su investigación premiada, “LA SERIE LITERARIA INFANTIL DE CUBA A HISPANOAMÉRICA ENTRE 1858 Y 1899”, poir lo que, paralelamente a su trabajo, se encontró, que en algunos de los libros objeto de su análisis, habían indicios de que podían haber sido plagiados, en parte o en su totalidad, por la mal nombrada investigadora y promotora Alga Masrina Elizagaray, por lo que inició un rastreo y seguimiento, que pudiera corroborar o no, estos indicios, lo cual lo llevó a descubrir que Alga Marina Elizagaray, investigadora y crítica, que formaba parte también, como él, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), había incurrido, efectivamente, en figuras de plagio escandalosas y espeluznantes, cosa que posteriormente demostró José Antonio Gutiérrez Caballero (después usando el seudónimo lietario de JOSAN CABALLERO, en Miami), que además fue aceptado de una forma inapelable por una Comisión de Etica, creada al efecto, y por el Consejo Nacional de la UNEAC, institución que determina separarla de sus filas y expulsarla de la UNEAC.

    Esto ya está de alguna forma está explicado, en mi anterior comentario. Pero me gustaría hablar un poco de la metodología utilizada, por el escritor e investigador cubano Josan Caballero, seudónimo que utiliza en este su blog, para demostrar y poder ratificar este hecho, con el que se encontró, casualmente, cuando estaba realizando su trabajo, del que antes ya he hablado.

    Para ello, siguió, básicamente, 3 pautas. La primera retoma con sus palabras («Hay frases que no importa dónde y cuándo se crearon, para cargar con la historia o la fábula del hombre»), frases de Marco Tulio Cicerón, uno de los sabios más importantes de Roma (jurista, político, filósofo, escritor y orador romano), que, en este caso precisamente viene a dedo, y que dice: «Quién ignora que la primera ley de la historia, es no escribir mentiras»…La 2ª, «No ocultar la verdad»; y la 3ª, «No hacerse sospechoso de amistad o enemistad en lo que se escribe»…

    Estas leyes, parece, que fueron ignoradas siempre por la Sra. Elizagaray . «Si se hace un recuento de sus inicios como adaptadora de narraciones para niños y asesora del taller literario del departamento juvenil de la literatura y libros Cubanos, se hallan fácilmente los argumentos necesarios para demostrar el incumplimiento de estas leyes de la ética en su copiosa obra», y cito expresamente lo escrito, por Josan Caballero, en el Suplemento Literario “BRUJULAR”, preparado para el Diario“La Hora 0”, de Porlamar, Isla de Margarita, en Venezuela, mientras se encontraba de gira artística, con su Grupo Teatrova de Cuba. Este ensayo de demostración de los plagios, fue publicado, por José Antonio, en tres páginas centrales, durante tres suplementos continuados, en tres semanas consecutivas, cuyo contenido de esta larga e irrefutable investigación, vamos a comentar nosotros, en seis distintas partes, y que llevan el título, que su autor les concedió: “TANTO VA EL CÁNTARO A LA FUENTE”…

    En un primer momento de su labor, Alga Marina «adapta» contenidos de fábulas para narradores de cuentos, bajo la égida del poeta e investigador Eliseo Diego, quien solicita esto, desde su puesto de encargado de fomentar una «Colección Cubana para Niños», desde el Departamento Juvenil de la Biblioteca Nacional José Martí, pero en esa ocasión él es quien le exige la referencia o dato de quién es el autor «adaptado», y se manda a colocar esto, como nota al pie dentro del libro para narradores, pero al correr de los años y la prohibición de estos mismos autores, dentro del panorama cultural de la isla, pues Alga Marina obvia esto entonces, y oculta la fuente original, en su libro «Fábulas Cubanas», publicado por la Editorial Oriente, con prólogo del propio Eliseo, y en donde no se dice, por ningún lado que Alga Marina se da a la tarea de reproducir literalmente narraciones de Lydia Cabrera y Ramón Guirao, así como numerosos autores, razón por la cual ya está incurriendo en un acto horroreoso de plagio universal.

    La segunda ley (2ª pauta que explica Josan Caballero), es obviada igualmente por la Sra. Elizagaray, quien, desde 1976, reúne estos cuentos folklóricos cubanos, como si fueran escrito por ella misma, que antes decía que los había tomado de otros autores, tales como Lydia Cabrera y Ramón Guirao, los cuales se encontraban dispersos en distintos folletos, que publicaba la biblioteca Nacional anualmente.

    Sólo que esta vez no se presenta como adaptadora, sino que defiende la paternidad de los textos, como suyos propios, en algunos de los cuales, cambia unas pocas palabras, u omite alguna de ellas, lo que resulta más que chocante y descarado. Algo que se podría calificar de grotesco…y lo más esperpéntico, es que diga que en la editorial le quitaron los entrecomillados….entonces por qué quita o pone algunas palabras del texto del autor original ….. y por qué, como dije en mi anterior comentario de «Uri, uri, ura», no presenta las correspondientes alegaciones y demanda a la editorial….Un auténtico misterio, pero dejando aparte este comentario, las pruebas de los textos copiados no admiten duda; todo está más que probado, aunque, en Cuba, no se haya publicado el ensayo pormenorizado de José Antonio Gutiérrez; y sólo se saca una breve nota, en donde se dice que había sido expulsada de la UNEAC.

    En los textos para narradores, «Eliseo Diego» le exige citar la fuente; pero en su colección particular, proclama su autoría, cuando actúa de prologuista y promotor de los propios cuentos, que él le exigió «adaptar» !Increible!

    Será que los leyó entonces, o que antes no los leyó? Un extraño caso de cómo una personalidad como esa puede incurrir en complicidad, sin darse cuenta, o tal vez, como dijno, en la riposta, para tratar de salvar su reputación, «que también, él había caído en errores de similitud». Similitud o plagio? Quién los escribió primero? He ahí el pecado de plagio y no de ninguna similitud, ya que esa es una forma descarada de ocultar la verdad, desde la plataforma de la personalidad que es o dice ser que es… Otra vez !Increible!

    De esta forma, Alga Marina, en sus libros de ensayo, posteriormente, realiza una serie de publicaciones, como la autora que, por supuesto, no es. Desfilan entonces libros como «En torno a la literatura infantil», que a pesar de ganar el premio de ensayo UNEAC, en 1974, José Antonio le demuestra haber incurrido en infinidad de figuras de plagio, con textos extraídos y cercenados de 36 autores y 44 libros. !Increible! verdad?

    Pero la gravedad de todo esto, es la ocultación de la verdad. La segunda de las pautas seguidas, por el autor que sacó a la luz estas horrendas falsificaciones de Alga Marina Elizagaray, y que en Cuba sigue aún sin haberse publicado, en ningún medio, y cuya consecuencia, fue el cese de esta mujer de la UNEAC, lo que no le ha privado de seguir asistiendo a eventos y simposios, dentro y fuera del país…y de seguir son sus privilegios, dentro del régimen castrista.

    No hace falta ser muy avezado, para darse cuenta que al castrismo le interesa su figura como elemento de propaganda del régimen, de aupación y fomento de una mentira y de una mediocre falsificadora de la verdad.

    El problema, evidentemente, no es haber tomado anécdotas, motivos, temáticas, incluso asuntos ya tratados, en cuentos originales de un autor cubano, que había abandonado el país, por su contraria ideología, sino que ella oculte la verdad y lo ponga en un libro suyo, como propio. Para ilustrar esto voy a poner como ejemplo el cuento «La oreja y el mosquito»:
    ORIGINAL DE LYDIA
    «Era una oreja que había venido a menos
    Una oreja muy pobre y de contra tan (prendada) de tambores, guitarra, timbales, guayos y maracas, que se olvidaba de vender a buen precio su cerilla o dándosela a crédito a alguna beata de su parroquia, para la lamparilla de sus santos, no se acordaba luego de cobrarla…»
    ADAPTADO DE LYDIA
    «Era una oreja que había venido a menos
    Una oreja muy pobre y de contra tan (apegada a tambores, guitarras, maracas timbales y toda clase de instrumentos musicales), que se olvidaba de vender a buen precio (la) cerilla o dándosela a crédito a alguna beata de su parroquia, para la lamparilla de sus santos, no se acordaba luego de cobrarla».
    OCULTADO DE LYDIA
    «Era una oreja que había venido a menos
    Una oreja muy pobre y de contra tan (apegada a tambores, guitarras, maracas timbales y toda clase de instrumentos musicales), que se olvidaba de vender a buen precio (la) cerilla o dándosela a crédito a alguna beata de su parroquia, para la lamparilla de sus santos, no se acordaba luego de cobrarla».

    Está claro que dicha sustitución de ciertas palabras o períodos obedece a su criterio de que sean más entendibles para el niño. A veces sustituye iglesia por notaría, según considere más apropiado, de acuerdo con su propia ideología.

    Esto es un pequeñísimo ejemplo de la deshonestidad de Alga Marina al efectuar los plagios. El trabajo del escritor José Antonio Gutiérrez Caballero es verdaderamente meticuloso, exhaustivo, de una pulcra y laboriosa revisión, tanto, desde el inicio en su planteamiento, como en el seguimiento, que hace de las pautas fijadas desde el inicio, que hacen de su demostración un ejercicio absolutamente ejemplificador, para cualquier estudio o trabajo de este tipo.
    Por eso, resulta tan indignante que, en Cuba, hasta el día de hoy, aún no se hayan publicado los resultados de su trabajo, en la demostración de estos plagios y que hayan tenido que ser publicados en Venezuela o Miami, 5 años y 20 años después, respectivamente.

    En cuanto a la Sra. Alga Marina Elizagaray, está claro que al régimen castrista, le haya venido bien su figura de ejecutiva mentirosa y promotora de su sistema de ideas por el mundo, y que por consiguiente se le proteja y se le concedan los favores propios de una persona adicta al régimen, perteneciente a la élite cultural del país, para servir a sus intereses, y jamás separarse o denigrar de ellos.

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